Cuando me enteré de que iban a estrenar una especie de remake o secuela de ‘El resplandor’, quise pensar que aquello no era sino la enésima jugada comercial a las que tanto nos tienen acostumbrados desde el otro lado del Atlántico. Y lo pensé porque en ese momento no me acordaba de que efectivamente el propio Stephen King había escrito la continuación de una de sus novelas más famosas. Y aquí tenemos ya la película, que por lo que parece no ha entusiasmado a demasiados espectadores, no está provocando el río de dólares esperado, y que sin duda se trata de uno de esos títulos con los que la crítica y el público no sabe muy bien qué hacer.
‘Doctor Sueño’ es un filme magnífico, que por momentos roza, y hasta abraza a manos llenas, la condición de película magistral. De las ficciones de su clase (terror sobrenatural, thriller gótico y hasta metafísico) es la mejor estrenada en mucho tiempo. Está filmada con un pulso y un estilo, con una clase, que sólo tienen los grandes narradores. Confieso no saber muy bien quién es este Mike Flanagan, pero pienso seguirle la pista y rescatar cualquier filme suyo que pueda encontrar. Lo único que sabía de él es que hace dos años dirigió otra adaptación de King, ‘El juego de Gerald’, que tuvo excelentes críticas aunque tampoco un gran impacto mediático. Ciertamente, no me sorprende… En estos tiempos que corren, la narrativa de calidad no está muy bien vista, que digamos.
Demonios vacíos que se comen a niños, y secuelas brillantes que devoran a sus predecesoras
Es ‘El resplandor’ (The Shining), una de las películas más famosas de la historia del cine en general, y del terror en particular. Y lo es por razones que siempre se me han escapado. Kubrick no estaba interesado (ni tenía por qué estarlo, vaya esto por delante…) en la novela original, sino en coger su carcasa más superficial y construir con ella el filme de terror definitivo. A juzgar por la respuesta de muchos de sus fans, probablemente lo consiguió. En lo personal, a pesar de que encuentro aciertos parciales en su fotografía (siempre soberbia en Kubrick), en su atmósfera, y en algunos momentos puntuales, ésta me parece una de sus peores películas. Y no porque fuera muy poco fiel a la novela, sino porque los cambios que proponía quedaban muy pequeños frente a ella.
Recuerdo lo que dijo Paco Plaza hace bien poco: «¿Qué más podía querer King? Le adapta nada menos que Kubrick y lo hace a lo grande. Y además de una de sus peores novelas». Algo parecido dijo. Supongo que cada uno tiene sus gustos y luego ha de defenderlos. Yo, particularmente, tengo una teoría con la que he dado la vara a bastante gente: ‘El resplandor’ le gusta a la gente que no se ha leído la novela (como creo que en realidad le pasa a Paco Plaza). Si se la leen, si entran al juego de Stephen King, se dan cuenta de que Kubrick le banalizó, le empequeñeció. Kubrick, al igual que hizo en ‘2001, una odisea del espacio’, que es poco más que una sucesión de lujosos cromos de sci-fi que nada aportan al espectador más exigente, lo único que construye son pedazos de celuloide de terror mal ensamblados entre sí y sin coherencia interna ni verdadero alcance estético.
Es conocido el hecho de que a King no le agradó demasiado la versión de Kubrick. Creo que tampoco llegó al límite de odiarla, como se ha dicho tantas veces, pero desde el principio quedó patente que eran dos sensibilidades narrativas diferentes. Kubrick cambió no solo el final de la novela sino el espíritu mismo de la historia, convirtiendo a Jack en un cliché andante, carente de verdad o profundidad psicológica alguna.. Era lo más lógico que a la hora de escribir la continuación que sus lectores le han pedido durante décadas, King no hiciera una continuación de la historia de la película, sino de su propia historia, y que Flanagan, cogiendo los mandos de la dirección, no hiciera solamente una adaptación de ‘Doctor Sueño’, sino a su manera una continuación de ‘El resplandor’ de Kubrick. Lo notable no es que haya logrado una secuela respetuosa con la mítica película de 1980, sino que en todos los aspectos es una película muy superior a la de Kubrick.
Esta historia de demonios que se alimentan del resplandor de niños a los que hacen sufrir para obtener un alimento más puro es, desde ya mismo, un clásico del cine de terror.
Magnífica novela, soberbia adaptación
Decía yo, hace poco, que algunas de las novelas menos famosas de King, y de las menos extensas, se encuentran a veces entre sus trabajos más apasionantes. ‘Doctor Sueño’ es uno de esos casos. Es una novela de madurez absoluta, en la que continúa una de sus historias más queridas y recordadas, y lo hace sin plagiarse a sí mismo ni repetirse, sino abriendo nuevos caminos narrativos a su ficción, demostrando una vez más que lo que más le importa son los personajes, y sus vidas, y sus vicisitudes. La trama es algo secundario, en el fondo. Importante, claro, pero en realidad secundario. Es un verdadero placer leer ‘Doctor Sueño’ porque una vez más King dota de una vida increíble a sus personajes, que poseen una encarnadura, una verdad, más rotunda que mucha gente que conozco o he conocido.
De igual manera, es un verdadero placer ver ‘Doctor Sueño’, que es tan emocionante, tan vibrante, tan rotunda como la novela. Flanagan dirige con mano firme, adapta con mucho criterio y sensibilidad el texto de King, y monta él mismo, en solitario, sus propias imágenes, en un montaje soberbio. Y no solamente eso, sino que posee una música muy bien ensamblada en la estrategia narrativa de la película, y un trabajo de sonido ejemplar y muy creativo. Y por si no bastaba con eso, las referencias a ‘El resplandor’ son sutiles y nada pueriles, así como las referencias a clásicos del cine de terror como el ‘Frankenstein’ de James Whale. Ahí es nada… Y arma esta portentosa película con tan buen gusto, con tal dominio de los resortes del miedo y el suspense, con tanta vehemencia por lo gótico, lo macabro, insertado con total naturalidad en el mundo real, que se convierte, por méritos propios, en un digno sucesor de John Carpenter a sus cuarenta años.
No es una película de terror de las que se estilan hoy día, y de ahí seguramente su fracaso en taquilla. De poco vale un Ewan McGregor en estado de gracia (su mejor trabajo, el más contenido y el más sabio, en muchos años), la interpretación estelar de la gran Rebecca Ferguson como Rose la Chistera (una de las villanas más inolvidables de los últimos tiempos), o los momentos de puro terror. El espectador medio de hoy día, quinceañero de carné o en sus gustos cinéfilos, probablemente no sabe apreciar los valores narrativos de esta excelente película. Algunos, sin embargo, somos como esos personajes sedientos del resplandor de la película, sólo que estamos sedientos, hambrientos, de narrativa de altura a la que hincar el diente, y por eso sabemos apreciar delicatessen en cuanto se nos pone al alcance.
Poco importa que en un giro esperable, Flanagan decida situar el clímax final en el hotel Overlook. Es lógico y es razonable y con eso hace subir la película hasta extremos macabros difíciles de describir, haciendo un homenaje a la primera película y a todos sus fans, que no son pocos. Tal cosa no sucede en la novela, como es lógico, porque en ‘El resplandor’ de King el hotel no se congelaba, sino que ardía hasta los cimientos. Pero es un final emocionante y conmovedor, el broche final a una película redonda.