Pues a mí me gusta Jean-Claude Van Damme

También me gustan las fotos de animales salvajes cazando… (y no encuentro ninguna foto de Van Damme decente…) A lo que iba: resulta que echando un vistazo a las películas que he visto del cachas oriundo de Bruselas, resulta que ninguna de ellas me ha desagradado. Quizá sea por eso que dicen de que la posible decepción depende totalmente de las expectativas que se tengan. Pero las películas de Van Damme, y Van Damme mismo, dan exactamente lo que prometen: una ensalada de hostias, una historia sencilla y efectiva, una realización dinámica, y que los buenos ganen y los malos pierdan. Y poca gente, ni siquiera Chuck Norris, reparte bofetadas con tanto talento como el susodicho. Es más, voy a tirarme por el barranco y voy a lanzar un órdago, aún a riesgo de que los pocos que todavía me leen me tilden de majadero: incluso me parece bastante buen actor.

Hale, ya lo he dicho…

Lo repito, de perdidos al río: me parece bastante buen actor. Cierto que tiene dos registros (noble/ tranquilito, y hostiador/alterado), y que no se le puede pedir mucho, porque siempre es él mismo haciendo de héroe, o de antihéroe, pero ¿acaso no hacía eso mismo John Wayne? Es decir, seamos justos: el mítico héroe de western por antonomasia, el grandullón de nombre real Marion Robert Morrison, tenía registro y medio, y tampoco se le podía pedir demasiado. Era tan buen actor, o tan malo (en mi opinión era un pésimo actor con mucho carisma), como Van Damme. Y ahí le tienen, de mito del cine para toda la eternidad.

Todo esto viene a cuenta del último Todopoderosos, el segundo sobre John Landis. Y dirá el pobre lector de estas confusas líneas: «¿Massanet, se te ha ido la puta olla? ¿qué tendrá que ver una cosa con otra? Por mucho que te esfuerces con tu excelsa prosa y tu portentosa imaginación, jamás vas a conectar ambas cuestiones». Y yo contestaré: «qué poca fe me tenéis…».

El hecho, objetivo, de que a mí Jean-Claude Van Damme me caiga tan bien, y me parezca bastante buen actor, y me gusten sus películas…de hecho me lo pase pipa con sus películas, tiene menos que ver con tontas inclinaciones personales que con el hecho de que Van Damme, a diferencia de muchos otros (algunos ya verán por dónde voy…) ni engaña a nadie ni se engaña, sobre todo, a sí mismo. Es lo que es, y no va por la vida de gran actor, ni de superestrella mundial. Es de esa forma que a mí tanto me gusta: una persona inteligente, consciente de sus limitaciones (por cierto, recomiendo mucho su magnífica ‘JCVD’ de 2008), con carisma pero sin divismos (al contrario que Arnold, Sylvester y otros por el estilo), que no pretende ser otra cosa que lo que es.

Porque al otro lado del espectro están los que son unos mediocres afortunados (o unos mataos, en algunos casos extraordinarios…). Hablaba yo ayer de Alan Taylor y sus nefastas incursiones en el cine. Ese pertenecería al primer grupo. Y luego hay gente como el espectacular Juan Gómez-Jurado… ese pertenece al segundo. Lo diré de nuevo: Rodrigo Cortés hace muy fácil seguir escuchando el programa (y Cansado, y González-Campos), pero Gómez-Jurado lo hace cada vez más difícil. Porque chulitos falsamente humildes como Pérez-Reverte (joder, qué de gente con apellidos compuestos…) ya teníamos uno, y lo llevábamos mal. Pero dos ya no. Dos es demasiado…

Durante mis singulares años en escuelas de cine (la oficial y otra, en la que por fin aprendí algo), y luego trabajando en webs de cine, escribiendo críticas y artículos de toda clase, y aún más tarde y durante todo ese tiempo encontrándome en la vida con gente de todo pelaje, he conocido Gomez-Jurados sin parar. Los hay por todos lados. No todos los que conocí en escuelas de cine o en webs, pero sí muchos: perdonavidas, listillos, mediocres, chulitos, grandísimos ignorantes, machos alfas que se creen que son la hostia y no tienen ni media… En fin, una fauna bien nutrida. ¡Y resulta que todos son iguales! Todos tienen unas lagunas culturales alucinantes, todos van por ahí alardeando de lo que no son, todos (y empleo el masculino, porque no hay chicas en esta fauna) creyéndose fantásticos y espectaculares y haciendo el ridículo cada vez que abren la boca o intentan juntar tres palabras.

Pero ahora resulta que uno de ellos vende cientos de miles de libros, es un personaje mediático al que se ve por televisión y se escucha en la radio con regularidad. Todos los demás, por suerte, desaparecieron de mi vista. Pero este no: este me estropea el único programa interesante y entretenido sobre cine y literatura que se puede ver o escuchar actualmente.

Resulta que Pérez-Reverte liberó la novela, que estaba secuestrada (¿por quién? no se sabe ¿con qué objetivo? no lo ha dicho) y Gómez-Jurado es el visionario del libro electrónico en España. Por supuesto que sí, dos genios renacentistas totalmente incomprendidos por mediocres como yo. Y aún hay más: Gómez-Jurado tiene matrícula de honor en crítica cinematográfica y en crítica literaria…. luego no tiene ni zorra idea de jerga de cámara, ni sabe lo que es la manipulación del tiempo y el espacio cinematográfico…. pero tiene matrícula de honor… ¿con qué escuela o universidad? No se sabe tampoco. ¿Hace falta que te den una matrícula de honor en crítica cinematográfica? ¿No sería mejor conocer el cine? ¿No deberían devolverle el dinero?

Escuchar a este sujeto meterse con Godard, o decir que a ‘Guerra y Paz’ de Tolstoi le sobran quinientas páginas (¿cuáles, concretamente?), o defender a capa y espada el cine comercial, o comparar Harry Potter con ‘La Ilíada’, dan ganas de vomitar. En el primer vídeo que enlazo, al menos Cortés tiene el sentido común de pararle los pies, por muy amigo que sea suyo, y decirle que lo que dice no tiene ni pies ni cabeza. Así mismo, González-Campos le dice que son opiniones de otras personas y que debería respetarlas…

Finalmente los mataos han tomado el control de los micros y los medios de comunicación. Siguen vistiendo las mismas camisetas que cuando teníamos quince años, y diciendo la mismas estupideces que cuando teníamos doce. Y al público le parece bien. Pues lo siento por ellos. Yo por mi parte me voy a poner a ver ‘Doble impacto’ (1991), una estupenda película de acción, muy bien rodada. Y mientras tanto, de reojo, voy a observar mi ejemplar impecable de ‘Guerra y Paz’, descansando en mi biblioteca, agradeciendo que existan ciertas obras de arte que nos reconcilien con nosotros mismos.

7 Comments

  1. De lo poco que te he leído en este blog, coincido contigo en muchas cosas de las que escribes (excepto en una sobre la que correremos un tupido velo… para no encarnizarnos en una agria batalla). Creo que JGJ es un cuñao’ de tomo y lomo, lo que ocurre es que ha conseguido camuflar su cuñadez de cara al público.

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