Como despedida a este alocado, cansino, en algunos aspectos exasperado 2019, y ahora que tengo algunos minutos antes de participar de esa tradición folclórica de la que no hay dios que escape, que consiste en alegrarse de que un año se acabe y otro empiece (…), unos cuantos apuntes a vuelapluma, porque me apetece, porque así suelto un poco todo lo que tengo en la cabeza, y me preparo para lo que tengo por soltar…
2019 ha sido el año del aburrimiento definitivo en la política, de la pérdida total de la esperanza, de la confirmación de que los nacionalistas catalanes son unos chantajistas, y que la derecha española (tanto política, como los medios de comunicación afines) cada año se supera en el asco que da y en la vergüenza ajena que provoca. No entiendo muy bien qué esperamos que hagan los políticos y los poderosos por nosotros: somos nosotros los que les damos cosas a ellos. Dejemos de dárselas ya.
Diciembre ha sido el mejor mes de este blog en cuanto a lecturas (casi el doble que el mes pasado, que ya fue más del doble del anterior), por lo que sólo puedo sentirme complacido. Muchas gracias a todos los que me leen, incluso aquellos que lo hacen con desprecio y rabia, sobre todo a estos últimos. Que me leáis por inquina me da lo mismo, siguen siendo lecturas, y mi corazón es generoso: todas las lecturas son buenas. Gracias de verdad. En el blog de minicríticas me importan menos las lecturas. Hasta que no lo acabe, y me queda mucho para eso, no podré valorar si mereció la pena el esfuerzo.
He redescubierto, este año, mi pasión por varias cosas: por el cine, por la crítica (cinematográfica y literaria) que pienso seguir practicando, por mi espíritu contestatario que me lleva a enfrentarme a todo aquello que me desagrada y me repugna, por la lectura. Y he descubierto mi interés por escribir relatos. Por escribir muchas cosas, pero sobre todo relatos.
Este año he leído 77 libros. Algunos un rollo, otros maravillosos, unos pocos fascinantes. A ver qué da de sí 2020. Por lo pronto, terminar de leer toda la obra de William Faulkner (y así escribir la segunda parte de cierto post) y todo lo que pueda de la de Tolstoi.
He terminado mi cuarta novela, que pronto empezaré a mover por agencias editoriales. Las otras tres, por el momento, nadie ha querido publicarlas. Pero, ¿sabéis lo que digo?, me trae sin cuidado. Ya les prestarán atención en un futuro.
He escrito un libro de relatos, y estoy muy orgulloso de él. Ya estoy empezando a moverlo. Con un poquito de suerte tendrá sus réditos. Y si no, tampoco pasa nada. Creo que me ha quedado muy personal y muy interesante, y con eso de momento basta.
Este año tengo pensado escribir una nueva novela, un nuevo libro de relatos, y otras cosas más. Quizá en un futuro abra un blog o una página para empezar a dejar algunos pequeños relatos de muestra. ya veremos.
Una cosa es segura: mi blog tiene las mejores imágenes del mundo, y eso es porque me las curro y conozco sitios que proporcionan esas imágenes, que con la configuración de esta página quedan arriba del todo, bien grandes, espectaculares. No me preguntéis de dónde las saco porque no pienso decirlo.
Espero emplear el tiempo en cosas productivas. Es decir, leer, escribir, ver películas y estar con gente valiosa, que alguna hay. De esa forma hacerse mayor va mereciendo un poco la pena. Muy poco, pero lo suficiente.
Y para terminar este ‘A vuelapluma’: en este 2020 pienso seguir siendo tan crítico, tan radical y tan cascarrabias como siempre. No voy a dejar de ser yo mismo a estas alturas.