‘Blade Runner 2049’ es mucho más que ‘Blade Runner’

Recuerdo que hace ya casi diez años (cómo pasa el tiempo…) escribí una crítica sobre ‘Blade Runner’ titulada «Aburrida y confusa ficción científica». Ahorro al lector el link a aquella página web para evitarle el acceso a los cientos de insultos que me dedicaron sus siempre amables, corteses y elegantes usuarios, aunque si se busca ese título en google, se encontrará con bastante facilidad. Yo no sé si conseguí explicarme muy bien, o no, pero sigo pensando lo mismo: la película de Ridley Scott, aunque bastante atractiva en algunos aspectos, siempre me ha parecido confusa, pero no por el argumento que nos cuenta, que es bastante simple, sino por las decisiones narrativas de su máximo responsable; y sigue pareciéndome aburrida, o poco vibrante, porque Scott es poco más que un glorificado director de videoclips, incapaz de hacer una buena película a menos que le suceda por casualidad.

En mi opinión, totalmente rebatible porque para eso es una opinión, ‘Blade Runner’ es una de esas películas que fascinan y consiguen una legión de fanáticos a los que, en realidad, no les interesa demasiado el sci-fi ni el gran cine. Es un filme que parece mucho más inteligente y profundo de lo que en realidad es. Pero no es una mala película, ni mucho menos. Posee suficientes valores de producción, algunas secuencias realmente magníficas, una música subyugante de Vangelis, imágenes icónicas, un diseño de producción fastuoso. Y sobre todo una atmósfera, verdaderamente el fuerte de Scott como cineasta, verdaderamente única, lograda a base de colores, luces, neones, humaredas, vapores, claroscuros, que deja sin aliento y que ha sido mil veces imitada y pocas veces igualada. No es poco.

Yo creo que a esta película le cuadran las tres estrellas como un guante, y así lo dejé en mi archivo, y no voy a cambiar de opinión por muchas vueltas que le dé o que me hagan darle. Más que una película muy interesante o sólida o atractiva, es un filme algo redundante, bastante auto consciente y petulante, pero que alcanza ese rango por las virtudes nombradas, y alguna otra que no he nombrado. ‘Blade Runner’ podría ser, además, la película que inició esos fanatismos de capillita en torno a un filme sobrevalorado, que logran adhesiones sin argumentos, y que terminan consiguiendo reestrenos, remontajes y una consideración mayor de la que merecen por la simple cabezonería de sus seguidores, como si de unos «beliebers» cualesquiera se tratase. Desde entonces, han proliferado las cintas interesantes, irregulares o cuestionables, algunas con no pocos valores, encumbradas por una horda de seguidores y no por espectadores verdaderamente cualificados.

Esto no tiene nada que ver con la grandeza de una película, esto es, con los hechos objetivos. Se parece más a una fe. ¿Crees en Ridley Scott señor todopoderoso o no crees? Esa es la cuestión. Para sus enamorados, sus fieles devotos, ‘Blade Runner’ es una prueba más del genio incuestionable de su director. Para otros, como yo, es una película con cosas interesantes, y el hecho de que la haya dirigido Scott posee una importancia tangencial. Muchos creen que los hallazgos visuales de ‘Blade Runner’, muchos de ellos extraídos de ‘Metrópolis’ de Lang, por ejemplo (y de muchas otras) son responsabilidad directa de Scott. Pues no es así, del mismo modo que el supuesto genio visual de Tim Burton tiene mucho que ver con Rick Heinrichs, no por casualidad el diseñador de producción de algunas de sus más famosas películas. Queridos cinéfilos: hay que hacer los deberes.

El estreno, treinta y cinco años después, de ‘Blade Runner 2049’ es, siguiendo este juego de la fe, algo así como la prueba del carbono 14 a la sábana blanca de Turín. Yo creo que algunos «beliebers» sintieron tambalearse sus absurdas creencias. Es posible no ser Ridley Scott y crear unos escenarios y una atmósfera superlativos, grandiosos. Denis Villeneuve, un gran admirador de Scott, en realidad se parece un poco a él: no es un gran director, sino uno de esos artesanos capaces de llevar a buen puerto lo que les encomiendan. Un cineasta muy inteligente, no un autor, que sabe narrar muy bien, y que en esta década ha firmado algunas películas muy interesantes. La mas interesante de todas ellas, precisamente, ‘Blade Runner 2049’, que a pesar de que posee el inconveniente de que va a ser comparada con la primera, y a pesar también de que en su aspecto visual parte de los hallazgos de la primera parte, posee entidad propia y es, ella sí, una gran película.

Si nos olvidamos de que existe la primera, y pensamos sólo en ‘Blade Runner 2049’ y la valoramos con objetividad, se trata de un filme absolutamente fascinante, casi hipnótico, de una melancolía y un lirismo arrolladores. Villeneuve no es un autor, pero le importan sus personajes, incluso los más episódicos, logrando que nos importen a nosotros, y que sus decisiones y sus destinos nos importen también. Y además, alberga una idea muy poderosa y totalmente memorable, la compañera digital del replicante protagonista, interpretada por Ana de Armas. Es descorazonador, tristísimo, asistir a los momentos en que la más extraña pareja del cine reciente (un ser humano artificial y una chica holográfica) interactúa y se relaciona, sabiendo que todo es falso, que no hay tal chica, ni tal relación, y que este replicante, que es un espejo del espectador, está completamente solo. Y la forma en que la pareja queda destruida te rompe el corazón en pedazos, literalmente, recordándote lo fugaz que es a menudo la felicidad y el cariño en un mundo despiadado. Y te da igual que se trate de un holograma. Para ti, como espectador, es como para el replicante: es una chica real. Y es una pérdida y un dolor real.

Sólo por eso, sin contar muchas más cosas, esta película vale mucho más que gran parte del cine de uno de los directores más famosos del mundo, al que siempre vemos con su rictus de arrogancia británica pintado en el rostro, que pasará a la historia como un importante cineasta, sin merecerlo.

2 respuestas a “‘Blade Runner 2049’ es mucho más que ‘Blade Runner’”

  1. He de reconocer que hace años Blade Runner se encontraba entre mis películas favoritas. Sin embargo, tras el paso de los años, con más cine encima y múltiples visionados, ha ido perdiendo fuerza. No obstante, la música y el diseño de producción siguen dejando un ambiente onírico que me encanta.

    En cuanto a Blade Runner 2049 considero que está, cuando menos, a la altura de la original (aquí la música también es cojonuda). En unos años volveré a ella y, muy probablemente, pueda juzgarla con más criterio.

    Artículo bien desarrollado Adrián, conciso y, creo, bastante objetivo.

    ¡Un abrazo!

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