Géneros cinematográficos: el Histórico

El cine histórico, que es uno de los ocho géneros canónicos, podría ser fácilmente considerado como un «no género», o como un simple marco para el lienzo que luego podría ser el cine Bélico, o el Western o incluso el Noir. Pero en mi opinión es un género tan codificado como los otros siete, con reglas muy estrictas que lo definen como tal, y que aunque como muchos otros puede existir en una combinación con otro u otros géneros canónicos, posee la suficiente entidad y nitidez, y creo que si los autores que se adentran en sus códigos lo hiciesen con más honestidad de la que habitualmente lo hacen, sería un género mucho más rico y apasionante, pues posee muchas posibilidades.

Lo cierto es que es un género bastante resbaladizo. Por una parte es el más solemne de todos. Pero lo es sólo en teoría, porque también puede albergar comedia o incluso comedia negra. Por otra parte es ese tipo de cine prestigioso (y por tanto bastante comercial) que el gran público gusta de ver por tratar, muy a menudo, grandes temas humanos, grandes hechos del pasado, que son del interés común y que invitan a los cineastas a una narrativa de gran escenografía, o a una épica o a una grandeza visual tan afín a este tipo de cine. Pero, por otra parte, suele ser un tipo de cine bastante tendencioso y manipulador, y capaz de caer en el ridículo con facilidad, pues ¿cómo sabemos nosotros cómo se relacionaban, cómo hablaban, cómo se comportaban, en la Grecia Antigua o en la Antigua Roma? Por todo ello, además, es un tipo de película cuyas imágenes pueden pasar rápidamente de moda, y dejar de ser atractivas a los cinco o diez años. Por todo esto no es un género fácil de hacer ni de analizar.

En cierto sentido (en realidad, en muchos sentidos), el cine Histórico sería el opuesto temático, tonal, a la Sci-Fi, pues si el segundo es un género que habla de lo que podría pasar en un futuro, de lo que tememos que pueda llegar a pasar, el género Histórico es un cine que nos habla de lo que pudo haber pasado, de lo que nos lamentamos, o nos congratulamos, de que hayan tenido lugar. Y por supuesto, en su seno caben las especulaciones, del mismo modo que en la Sci-Fi caben las especulaciones. Es más, son muy bienvenidas, pues sin ellas la imaginación de los autores se vería muy constreñida. ¿Pudo realmente Espartaco concitar tantos enemigos en el campo de batalla, algo históricamente improbable? ¿Fue la traición de los fenicios la verdadera causa del exterminio de su ejército? ¿Estaba al corriente Hitler, o no lo estaba, del desembarco en Normandía, y por tanto la historia de que no querían despertarle es una falacia? ¿Pudo ocultarle realmente, su estado mayor, ya todos metidos en el búnker final, la situación de las defensas de Berlín?

Eso es lo interesante de este género, que también podría ser considerado lo opuesto a la comedia, al menos casi siempre y cuando no existe nada de sátira ni cinismo en su argumento, pues la comedia es el género «rápido», dinámico por excelencia, mientras que el cine Histórico (llamado tantas veces «drama» de forma un tanto equívoca) es un género de tempo más reposado, muchas veces, más solemne. Pero incluso cuando se acerca a los ritmos de una comedia de costumbres, el cine Histórico tiene como objetivo establecer una mirada crítica sobre la historia, una historia dentro de la Historia, y un tratamiento de la Historia que no se deje engullir por el argumento que se intenta contar. Espero se me entienda. El cine histórico es arqueología, arquelogía narrativa, que muchas veces se vuelve vetusta, pero que puede ser, que debe ser, también vibrante, capaz de hacernos viajar a un pasado de varias décadas, o varios siglos atrás, y de establecer poéticas y hasta líricas conexiones con el presente, y hasta con el futuro.

Por tanto, y para no alargar demasiado esta entrada, podríamos decir que el ADN de este género se compone de los siguientes mimbres:

–Un viaje al pasado, reciente o remoto, que narra, muchas veces especulando, unos hechos históricamente probados.

–En ese viaje los cineastas establecerán una visión crítica (no aventurera) de los hechos narrados.

–Los personajes serán por tanto personajes verídicos, o mezcla de varios personajes verídicos.

–El componente histórico será algo más que un marco para un lienzo de aventuras, de Western, o de Noir. Será un cine en el que se hable de historia, principalmente. En cierto modo será un cine sociopolítico.

Mientras escribo estas líneas tengo puesta en la tele la magnífica película de Steven Spielberg ‘Lincoln’ (2012), que es un ejemplo canónico de cine histórico. Especula sobre unos hechos pasados, está contada a través de personajes históricos que existieron tal como se nos cuenta, habla sobre un momento histórico probado e importante (la aprobación de la 13ª Enmienda, que abolió definitivamente la esclavitud), y no es aventurera ni una comedia de costumbres. Es cine Histórico de manual.

Ya sólo me quedan 3 géneros canónicos, y la verdad es que estoy aprendiendo bastante. Y espero que el inopinado lector de estas líneas también.

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