Géneros cinematográficos: la Sci-Fi

Termino ya este repaso por los que yo considero los ocho géneros canónicos (el Western, el Bélico, el Noir, el Musical, el Histórico, la Comedia, el Fantástico y este que ahora me ocupa), con el que espero haber dado mi personal visión y punto de vista sobre cada uno de ellos, del que he ido desgranando su ADN y sus códigos maestros, aprendiendo mucho por el camino y con el que espero que el lector (pasado, presente o futuro) pueda a su vez aprender cosas o despertar su curiosidad por ciertos conceptos, aunque solo sea por oponer sus propias ideas y argumentos a los míos, que también para eso se escribe muchas veces.

La Sci-Fi, o ciencia ficción (aunque más correcta es la traslación ficción científica, pero tampoco hace falta ser puristas), es el género especulativo por excelencia. En ese sentido, es el primo hermano del Histórico, y es opuesto al Fantástico, pues mientras en este último se desarrolla un universo o una realidad que bajo ningún concepto tendría cabida en la nuestra, la ciencia ficción ha de partir necesariamente de este mundo, de esta realidad, para desde ahí elaborar su especulación. Toda película Sci-Fi es una pregunta concreta: ¿qué pasaría si…?. ¿Qué pasaría si las máquinas se rebelasen contra nosotros? ¿Qué pasaría si se acabara la comida? ¿Qué pasaría si aterrizaran unos extraterrestres? ¿Qué pasaría si ocurriera cualquier cosa que aún no ha ocurrido pero que es posible que ocurra? O por lo menos no imposible…

Su poder, por tanto, radica en que parte de nuestra realidad para ponerla en una situación límite que desde un punto de vista científico, por lo menos teórico, no es una quimera parecida a que baje un caballo con alas desde Marte. La Sci-Fi nos pone en un brete, nos sitúa, a la humanidad, en un abismo, y se complace observando las consecuencias morales, emocionales y psicológicas de todo ello. Por todo esto, se trata quizá del género más sombrío, y muchas veces el menos complaciente con el espectador, pues en la llamada Sci-Fi dura no existe la menor esperanza para la humanidad, y ejerce como espejo de la realidad actual, sea la que sea, con sus miserias y sus falsedades. Es por ello que también es un género tremendamente crítico con la sociedad.

Vamos a ver sus rasgos genéticos:

– Plantea una situación (presente, futura o incluso pasada) que es teóricamente posible desde un punto de vista científico.

–Como tal, se erige en un estudio de personajes que en sí mismos son una suerte de reflejo de toda la sociedad e incluso de toda la humanidad.

–Es un género que alerta, que avisa de una situación funesta, muy concreta, que podría llegar a suceder, y para la que no estamos preparados.

–Generalmente habla de la responsabilidad del hombre con la tecnología que él produce, pero no es conditio sine qua non, más bien es una radiografía de las acciones globales del ser humano.

–Parte siempre de un mundo real, casi de una película sin género, que suele denominarse (de forma equívoca) dramática, para luego construir su especulación.

En realidad este género, que ha producido no pocas obras maestras, puede mezclarse muy bien con el Noir, que a su manera también especula con posibilidades políticas o sociales, y ha habido no pocos bélicos que a su vez eran Sci-Fi, y algún que otro Western (‘Atmósfera Cero’, de Peter Hyams, por ejemplo). Lo divertido de esos casos es discernir cuánto tienen de cada género y cuál es el principal de ellos.

La Sci-Fi, que para algunos empezó con la imprescindible novela ‘Frankenstein, o el moderno Prometeo’, de Mary Shelley, publicada en 1818, es la hija directa de la industrialización, de las ciudades modernas, del ansia del ser humano por la conquista de todo lo conocido, y por la comprensión y expansión hacia todo lo desconocido, de la capacidad de esta especie dominante, en suma, por condicionar el entorno que le rodea, muchas veces sin pensar en las consecuencias o si es éticamente cuestionable. No voy a nombrar esta vez muchas películas, ni siquiera unas cuantas, pues supongo que cada uno tendrá las preferidas, y ya dejo mis argumentos en forma de píldora en el Archivo de Mini Críticas, donde se pueden consultar 11 páginas de títulos. Tan solo diré que es poco dudoso que haya un director de Sci-Fi que pueda hacerle sombra a James Cameron, quizá el más grandioso director del género, a pesar de una carrera muy corta en títulos.

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