Los más listos de su clase

Listos hay en todos lados, y les conocemos de sobra. Llevamos conviviendo con ellos toda la vida en nuestro vecindario, en la familia, en el colegio, en la universidad, en el trabajo. Es esa subespecie de homínido que todo lo sabe, que siempre le va bien, que tiene una suerte infernal. No posee particulares virtudes, ni es demasiado inteligente, ni hace su trabajo demasiado bien. Pero aparenta, porque es listo. Al final recibe notas bastante buenas de los profesores, tus amigos le quieren más que a ti, y el jefe suele hacerle más caso. ¿Por qué? Porque es listo. Y no se puede luchar contra él. Tienes que rendirte al hecho: es más listo que tú. Y esto se traduce en una verdad terrible: vive mejor que tú. Y lo hace porque todo le importa una mierda salvo él mismo. Te gustaría ser como él, aunque le detestas, pero si no naciste con el gen «listo», estás pero que bien jodido.

Viene esto a cuento de que ayer, revisando los diversos canales que ofrece Movistar + en uno de esos días en los que el confinamiento hace que te sobren un par de horas, hete aquí que en uno, dos, tres, cuatro y hasta cinco canales distintos estaban poniendo películas de esa clase de seres a los que todos denominaríamos listos, en este caso los más listos de su clase, porque hablamos de directores de cine que no es que que vivan bien, es que viven muy bien, a base de entregar cine en algunos casos muy discutible y en otros directamente deleznable. Gente que vive, una vez más, muy bien, habiendo convencido a no se sabe muy bien quién, ni cómo ni de qué manera, que son directores de cine, y ahí están, ganando una pasta e incluso siendo defendidos por ciertos espectadores a los que les han dado gato por liebre de la forma más rastrera posible.

Ayer ponían al mismo tiempo dos «películas» (es un decir) de Luc Besson, a la vez, una en TNT y otra en Sy-Fy: ‘Valerian y la ciudad de los mil planetas’ (2017) y ‘Adele y el misterio de la momia’ (2010), respectivamente. Un poco más tarde, creo que también en TNT, pusieron ‘Pearl Harbor’ (2000), de Michael Bay, y en alguna otra cadena se pudo disfrutar de otro visionado más de ‘El orfanato’, de Juan Antonio Bayona. Para terminar, en Cero, pusieron ‘Babylon’, de Mathieu Kassovitz. Esos directores que por alguna razón que a muchos nos cuesta entender la gente va al cine a ver películas suyas, y hasta algunos son considerados buenos directores, y suelen ser cineastas que consiguen enormes cantidades de dinero para hacer sus películas, y que suelen cobrar una pasta increíble por cada nuevo trabajo, y hasta son productores y hacen básicamente la película que les da la gana. Hay muchos más, por supuesto, pues la lista podría ser muy larga (Alejandro Amenábar, Ridley Scott, Christopher Nolan, Darren Aronofsky, Peter Jackson, Ron Howard, Steven Soderbergh).

De todos ellos, el que más pasmado me deja es Besson. Fácilmente podría levantar los proyectos más caros y ampulosos en Europa, ahora mismo. Es algo así como el Spielberg francés chusco. Me podrían alegar sus defensores (hay gente para todo) que sus películas son para un público juvenil sin más pretensiones que divertir, etc, pero es que ni siquiera son divertidas, y el público juvenil, mal que les pese a algunos, no es imbécil. ¿De dónde saca el dinero para sus películas de Sc-Fi, o de Fantasía, dignas de un adolescente semi-analfabeto? No hay el menor ingenio, ni gracia, ni diversión, en sus filmes. Nada de nada. Sólo cliches, bobadas y personajes estúpidos. Todo con muchos colorines y efectos especiales. ¿Y qué decir de JA Bayona? Considerado un genio en España, con ‘El orfanato’ empleó todos los clichés de película de terror, muy hábilmente engarzados, como el alumno que demuestra que se sabe la lección de pe a pa… ¿y? No hay vida ni personajes ni personalidad en su película (ni en esa ni en ninguna de las otras tres que ha dirigido), sólo trucos de astuto prestidigitador.

¿Seguimos con Kassovitz? Empezó dando la nota con su segundo largo, un filme en blanco y negro como muy rompedor y radical, muy sobrevalorado, llamado ‘El odio’ (1995), y se creyó lo de cineasta radical y genial y ha venido dando tumbos desde entonces. ¿Y Michael Bay? Parece que está haciendo siempre el mismo videoclip, con personajes idiotas y tramas estúpidas. A toda esa gente, ¿qué clase de ingenuo o engañado espectador paga por ver sus películas? Entre esos y muchos más, han entontecido a los que emplean su tiempo en ir al cine, y les han hecho creer, con no se qué alquimia, que están viendo buen cine, o por lo menos cine interesante. Y cuando los críticos de cine decimos que no, que así no se hacen las cosas, es a nosotros a los que muerden. Es incomprensible.

Yo no digo que sean malos. Alguno de ellos ha hecho algún que otro trabajo meritorio. Pero invito al espectador menos cualificado que cuando vaya a ver una película se pregunte para qué la han hecho, y quién la ha hecho, qué pretende con ella. Y si lo único que pretende es ganar dinero haciéndote pasar dos horas un poco más entretenidas con personajes imbéciles, no caigas en la trampa, por mucho que la película se llame ‘Braveheart’ o ‘Gladiator’. Porque para listo de verdad, Ridley Scott, que podría haber sido un más que interesante cineasta. Ese es el rey de todos los listos, y tiene películas bastante buenas, pero es él, como director, al que hay que poner en cuarentena.

Y con todo esto vuelvo a caer en que son los personajes, mucho antes que los diálogos o que la supuesta originalidad del guion, los que demuestran la altura del director, haya escrito el guion o no. La mayoría de los personajes de los nombrados son directamente imbéciles, probablemente como ellos mismos o como quieren pensar que es el espectador. Es ahí donde radica la imaginación que los más exigentes estudiosos reclaman en una ficción. Pero eso ya es tema para otro artículo.

5 Comments

  1. El primer párrafo es demoledor, macho. Una de las cruces de mi vida, o eso creo, es ser inteligente y muy poco listo. Lo digo sin ninguna ironía.
    Sobre esos directores tienes toda la razón. Personalmente no soporto a Aronofsky, ninguna de sus películas me parece buena, ni siquiera pasable.
    Un abrazo!!!

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  2. Los listos son gentucilla con una inteligencia considerable y una falta de escrúpulos, dignidad y empatía que rivalizan en intensidad con sus capacidades analíticas y «por consiguiente» que diría otro listo que yo me se, van a lo suyo, tontos no son, son muy cabrones, los tontos somos otros, pero en fin como dicen en Lérida: ¡cada uno es como es «chiquet»¡

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