Encender la televisión y suicidarse

Se habrán escrito ya cientos, incluso miles, de artículos de opinión en torno a ese fenómeno que es la televisión, concretamente sobre la telebasura, en los que se desglosa el nivel actual de la programación televisiva, de forma sistemática o pormenorizada. Este no va a ser uno de esos artículos. Aquí solamente voy a intentar expresar lo que yo experimento la mayoría de las veces que enciendo el televisor sin un propósito claro, con el único objetivo de animar el salón y «ver qué ponen» mientras me tumbo un rato en el sofá a relajarme, algo de lo que me arrepiento el noventa por ciento de las veces en cuanto la huella del dedo pulgar abandona la superficie del botón de encendido, porque mi cerebro me envía una señal a la velocidad del rayo, una señal que podría traducirse como: «¿pero qué haces, muchacho?». Mi cerebro es listo y sabe lo que hay… y yo, muchas veces, pues no…

Un porcentaje sensible de las veces que me pongo delante del televisor lo hago por que sé lo que voy a ver, o lo que quiero hacer: o alguna película grabada, o algún DVD o Blu-ray, o algún videojuego en la PS4, o alguna serie que tenga pendiente de ver. O porque sé que empieza ‘El intermedio’, o por ver alguna noticia en concreto. Todo lo demás es jugársela. Y he elegido bien el verbo: jugársela. Porque prometo que puedo ir desde el canal 1 (La 1 de televisión española) hasta el 43 (Paramount Network)… e incluso adentrarme en lo muy desconocido y llegar al 82 (DKISS), o incluso al 92 (Canal Panda) yendo de canal en canal…y luego volver, y volver a empezar, con la cara hasta el suelo y descorazonado por comprobar cuánta gente trabaja en tantos productos insulsos y sin el menor interés, aunque seguro que tienen su público, lo que todavía es más desalentador, porque hay muchas cosas que no puedo entender que nadie se ponga a verlo para matar el tiempo o a la hora de cenar. A mí, sinceramente, se me revuelve el estómago y me dan ganas de meterme un dedo en el ojo y empujar hasta el cerebro para terminar con la tortura.

Lo malo, y esto lo saben todos los programadores y los dueños de las cadenas, es que resulta increíblemente fácil seguir haciendo zapping, y no te rindes. Sólo tienes que mover un músculo y tienes la extraña esperanza, la inefable ilusión, de que el infierno se acabe, y de que por arte de magia des con un canal en el que pongan algo mínimamente interesante, razonablemente entretenido. Y a veces, lo prometo, estoy así quince minutos hasta que por fin me doy por vencido y llego a preguntarme si la próxima vez volveré a caer en la trampa, la de que con tantos canales, muchos más que los que no tienen contratada una plataforma como Movistar + o ninguna otra, tendrás más probabilidades de obtener contenidos, narrativos o no, dignos de ver. Pero no, no tienes más probabilidades, tienes las mismas porque nadie cree que el espectador esté ávido de contenidos interesantes o valiosos que ver, solamente de noticias impactantes o risibles, de politiqueos, de fútbol, de series o películas que o hemos visto cien veces o no queremos ver ni una sola vez.

Pero es tan fácil encender el televisor y sentarnos delante de él. Es un miembro más de la unidad familiar, y un incesante goteo de información que no necesitamos, a base de noticias, reportajes, tertulias que no llevan a ninguna parte, especiales sobre pandemias o procesos políticos, crónicas, informes, testimonios, revelaciones, declaraciones, ficciones subsiguientes que narran desde unos cánones narrativos preexistentes e hipercodificados todo eso que acabo de nombrar. Y la ficción y la realidad terminan por confundirse, mezclarse y ser una sola, en ese rápido zapeo que he descrito, y lo mismo te da ver uno de los cientos de reportajes de actualidad de La Sexta, o ver una serie de detectives en TNT, porque todo sabe a lo mismo, todo tiene la misma textura, y todo adolece de esa falta de credibilidad que hace que la vida carezca de sentido y te den ganas de suicidarte.

Por eso hay que disponer de un plan muy bien trazado, y no salirse de él ni un milímetro. No debes dejarte convencer por los cantos de sirena que te dicen «cambia de canal que seguro que encuentras algo». Has de abrir la programación y averiguar qué van a poner en los próximos siete u ocho días, grabar todo lo que te parezca interesante, o bien apuntarte lo que vas a ver, y a qué horas, hacerte una agenda completa, para que te cundan las horas, para ver todas esas series que no quieres morirte sin ver, y que te llegue el tiempo justo para ver esa película de las 22h que no habías visto aún, o ponerte esa grabación de hace dos días. Yo prometo que hago todo esto, y mucho más, para que me aproveche el tiempo. Lo hago siempre que puedo. Y si no lo haces, si no lo hago, estás perdido amigo lector, estoy perdido. Empiezo a ver estupidez tras estupidez y me convierto en un televidente más, en un autómata, un adicto al zapping al que le da igual ver una película que un show barriobajero.

Pero de todo ello lo que más insoportable me resulta es el ruido. Es encender el puto televisor y sentirme agredido, por palabras, músicas, sonidos y fondos estridentes, una verdadera invasión de sonidos a la que nadie da importancia, pero que nos embrutecen, nos niegan un sosiego del que estamos muy necesitados estos días. Poner el televisor es, verdaderamente, jugársela, a que un tarado, o un político de extrema derecha, o un actor pésimo, o una serie en la que sólo hay ruido disfrazado de frenesí, es abrir la puerta a un mundo que no existe y que permitimos que exista con solo apretar un botón, y que tenemos el deber de silenciar, de acallar y de aniquilar con ese mismo gesto. Y pocas veces he visto eso tan nítido como en este largo y angustioso confinamiento: el ver que hora tras hora tengo un compañero ruidoso que deja de volverme tarumba con un simple movimiento.

2 respuestas a “Encender la televisión y suicidarse”

  1. La Televisión se debe de usar con una prudencia infinita y cuanto menos mejor, es una caja muy extraplana ultimamente pero manejada por cómplices del Sistema y que solo produce ruido y furia sin mas significado que aturdirte en HD o en SD. Lo mejor es borrar canales abyectos para perder menos tiempo en el Zapping.
    Saludos¡¡

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