‘The Last of Us, part II’, o cómo rivalizar con el cine

Yo no soy un jugón, de esos que se pasan la vida pegados a la consola, gastándose cada ciertas semanas un dinero para adquirir las últimas novedades, y dejando comentarios (o incluso administrando blogs) en torno a este fenómeno audiovisual. Pero sí me gusta jugar, por supuesto. Ya lo he dicho alguna vez: no creo que los videojuegos sean un arte elevado, más bien un arte de muy baja condición, si es que lo son, pero me gusta la experiencia de jugarlos alguna que otra vez, e incluso llegar hasta el final por muy largo que sea, y en los de mundo abierto conseguir el mayor porcentaje total posible. Y supongo que al final adquiriré el lanzamiento más esperado del año (que iba a llegar hace dos, pero que ha ido retrasando su aparición una y otra vez), que no es otro, claro, que el ‘The Last of Us, part II’, siete largos años después de que la primera parte nos impactara tanto a todos.

Con este título (entre otros), no es ningún secreto, y no lo hacen precisamente con sutilidad, los creadores de videojuegos siguen queriendo rivalizar con el cine en cuanto a la atención de los espectadores y al acaparamiento de las pantallas domésticas, así como en la creación de mundos alternativos y de historias que atrapen la imaginación del respetable. Ya la soberbia primera parte, que pese a que se ha quedado un poco obsoleta en su mecánica y en el movimiento de los personajes sigue siendo plenamente disfrutable, se erigía como una especie de gran saga, de gran relato apocalíptico, totalmente inmersivo, con muchos momentos muy cinematográficos (no me refiero a los videos introductorios, me refiero al juego en sí), que daba fe de que sus responsables habían visto muchas películas y habían aprendido bien las lecciones de encuadres, atmósfera y fotografía, consiguiendo un verdadero hito en el que tú, como jugador, vivías una aventura survival extrema. Y ahora, con la segunda parte, se supone que va a prolongar esa aventura y va a beneficiarse de los avances técnicos para ser aún más inmersiva y mucho más perfecta visualmente.

No lo tiene nada fácil, con esa joya absoluta que es ‘Red Dead Redemption 2’ todavía fresca en la memoria, pero quizá consiga convertirse en lo que los aficionados a los videojuegos tanto ansían: una respuesta válida a las películas, en estos tiempos de confinamiento y de cines cerrados, y por primera vez, irónicamente, una propuesta que resuena con los tiempos que vivimos. Para el lector de estas líneas que no conozca el título original de 2013, la historia va de una pandemia global que convierte a las personas primero en posesos asesinos sin miedo ni escrúpulos, que matan a primera vista, luego engendros sin ojos que reaccionan ante cualquier sonido y que son muy difíciles de matar, y finalmente en monstruos renqueantes capaces de fundirte con el calor que emana de sus cuerpos. Como todo el mundo sabe, o sospecha, los creadores de esta segunda parte que ya tenemos aquí, comenzaron a desarrollarla años antes de que el mundo entero se viera asolado por una pandemia, y han retrasado (por motivos técnicos o logísticos) su aparición bastantes meses. Puede que algunos vean en este estreno un gran oportunismo, pero en realidad tenían que sacarlo más temprano que tarde y ya no podían esperar más.

Por ironías de la vida, que a veces son fatales, un juego de género tan extremo, en el que una pesadilla de zombis monstruosos se hace realidad patente para sus personajes, encuentra un reflejo en nuestra propia realidad actual, sin necesidad de que la Covid-19 nos convierta en mutantes aterradores (a casi ninguno…salvo a ciertos políticos con tendencia destructiva…), lo que por primera vez acerca una historia de este soporte narrativo a un hecho histórico presente. Pero lo que de verdad a muchos, o casi todos, nos conmovía y nos fascinaba del primer juego era la extraña relación de amistad, casi paterno-filial, entre el solitario y superviviente nato llamado Joel y la niña infectada pero inmune llamada Ellie, que en un primer momento son incapaces de fiarse uno de otro, pero que por circunstancias de la trama se ven obligados a viajar solos, y que poco a poco se van conociendo y apoyándose más el uno en el otro, enlazando con esa tradición de los relatos de aventuras, en la que un grupo de supervivientes, por pequeño que sea, ha de aprender a salir adelante unido, pese a sus diferencias.

Es de suponer que esta segunda parte prolongará esa capacidad de sus creadores para dibujar con profundidad a sus criaturas y para reflexionar sobre sus relaciones, con el protagonismo absoluto de Ellie, y con Joel, según creo, relegado a un segundo plano, pues van a contar más cosas de la familia de la niña, ahora ya muchacha bastante más crecidita, así como de su relación íntima con otros personajes femeninos. Y de nuevo con música de Gustavo Santaolalla (‘Babel’, ‘Brokeback Mountain’, ‘Diarios de motocicleta’), esta vez ayudado en los entornos de terror por Marc Quayle, mientras él se ocupa de los acordes más dramáticos. De modo que regresaremos a este mundo hostil, con tantas reminiscencias de ‘The Walking Dead’ de AMC o de ‘Stalker’ de Tarkovski, y mientras lo juegue, ya sea el mes que viene, o al siguiente (o cuando deje de estar tan caro adquirirlo…) me iré preguntando, tramo a tramo, si esta vez un videojuego puede ser una experiencia tan totalitaria como una película, o siquiera si hay necesidad de comparar ambos medios. Yo empiezo a creer que no.

9 respuestas a “‘The Last of Us, part II’, o cómo rivalizar con el cine”

  1. Muy buenas Adrián,

    Yo creo que finalmente este medio acabará madurando, no tengo claro si separándose del cine y siguiendo su propio camino o de otro modo. El primero me pareció una gran experiencia y estoy convencido de que esta segunda parte habrá ido más allá. Espero que, cuando lo juegues, nos comentes tus impresiones por aquí.

    Como siempre, gracias por tu labor con este blog.

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  2. Al primero jugué un par de horas, por lo que no puedo valorarlo como es debido. Lo que espero es que no siga la línea de muchos otros juegos donde tratan de engrosar el número de horas de manera artificial con situaciones clónicas. Pocos pueden meter más de 20h sin que su historia o jugabilidad se vea resentida. En este sentido me he desapegado un poco de los videojuegos, pues no han sido pocas las últimas veces donde me parece que pierdo el tiempo jugando, pese a que me encanta este medio (consumidor desde la maquinita portátil del Tetris).

    Sin embargo en los últimos años me he llevado grandes recuerdos de títulos un poco menos comerciales como ‘To the Moon’, ‘Brothers: A Tale of Two Sons’, ‘A way Out’, ‘What Remains of Edith Finch’, ‘The Vanishing of Ethan Carter’ o ‘Rime’.

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  3. Rockstar y Naughty Dog son compañías que cuidan mucho el producto (y Santa Monica con el úlitmo God of War me ganó), tengo unas ganas terribles del RDR2 (el mes que viene creo que caerá, cuando acabe con los Uncharted).

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  4. A diferencia del autor, yo sí le he dedicado tiempo a juegos y ha llovido desde mi primera Game Boy, pasando por consolas como la citada hasta llegar a la última, la PS4, y coincido en que hay pocos juegos que han conseguido engancharme como The last of the us II, el cual, ha conseguido sorprenderme aún más si cabe que el primero, obra maestra donde los haya, con pocas excepciones como Fallout 4, Resident Evil 1 HD, Metal Gear Solid, Final Fantasy VII, RDR 2, Skyrim o Parasite Eve II. El problema de la inmensa mayoría de los juegos es que son muy repetitivos y tienen pocos alicientes de rejugabilidad pero en el caso de estos a los que me he referido, obras que parece que vives una película donde te acabas evadiendo del mundo real para sumergirte en una experiencia única y diferente, desconectando de todo, y llegando incluso, algo que he pensado que era un absurdo a llegar a conseguir el platino, pero no por tener un insulso trofeo sino por disfrutarlo, sacándole hasta la última gota del jugo que pueda dar dicha experiencia ( y eso que modos como el Realista en The last of us 1 y 2 pueden llegar a ser una verdadera agonía el llegar a conseguirlos pero satisface ponerte en manos de los protagonistas y compartir una porción de sus vivencias, aunque no nos juguemos el tipo como los susodichos)

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    • Hola, Iván

      Sí, yo también tuve la primera Game Boy, y he tenido mis rachas de jugar a diversos juegos. Por eso estoy bastante seguro de que hay pocos como ‘The Last of Us, Part II’, pero sobre todo a nivel narrativo, lo que en él hay de literario y de cinematográfico, a diferencia de tantos otros.

      Un saludo!

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