Releyéndome…

…a veces me gusto más y a veces menos. Porque yo me releo, claro. Es necesario hacerlo. Muchos simplemente se ponen a juntar palabras, lo miran después un poco por encima, y lo dan por terminado. Y así les queda. Algunos, genios, apenas corrigen, o apenas revisan artículos, relatos o cualquier otro trabajo previo. Yo creo que es imprescindible para saber quién eres, de dónde vienes, a dónde vas…

Estos días comienzo la revisión y corrección de la novela que escribí durante los meses de confinamiento. Comencé el 1 de febrero a escribirla, si no recuerdo mal, y terminé poco antes de mi cumpleaños. De modo que me veo obligado a interrumpir la escritura del nuevo trabajo en el que estoy inmerso ahora. Pero no va a venir nadie a corregir aquella a menos que me ponga yo, y el día tiene las horas contadas. Igual me lleva un mes, igual dos… pero tengo que hacerlo. Y no es nada fácil, lo puedo asegurar. Lo que te pareció bastante brillante cuando estabas surfeando en las palabras, con las páginas parecidas a la espuma de las olas, capaces de hundirte en cualquier momento, ahora, meses después, no te parece ni mucho menos tan brillante. Es más, te parece mediocre, relamido y hasta ortopédico. Son las reglas del juego. Revisar artículos míos en este sitio al que he llamado ‘Imágenes, sonidos y palabras’ es bastante duro a veces, así que puede el lector imaginar lo duro que es dejar una novela a punto.

Siempre me ha hecho gracia ese topicazo de las películas, que consiste en que el escritor, sea novelista, o guionista, o dramaturgo, o lo que sea, escribe frenéticamente las últimas palabras de su novela, o relato, o guion, o drama, pone el clásico «FIN» o «THE END», arranca la hoja de la máquina de escribir con aire satisfecho, coloca esa hoja encima del resto, da la vuelta al mazacote de páginas, y…»voilá», escritura terminada. Eso no funciona así. Es decir, me consta que hay mucha gente, a juzgar por el resultado final, que debe escribir así, pero por suerte o por desgracia no es así en absoluto. Una vez concluida la primera escritura lo mejor es dejar madurar el texto, meterlo en un cajón (yo lo llamo «meterlo en la nevera»), y olvidarse de él unas cuantas semanas, o quizá meses, poniéndote a otra cosa. Porque el mejor momento para empezar algo es cuando acabas de terminar la versión de otra cosa, y así estoy yo ahora mismo, interrumpiendo una novela para terminar otra, con el riesgo objetivo de volverme majara perdido… más todavía.

Con los artículos o ensayos de esta página no es igual. Me siento delante del ordenador y me pongo a escribir porque he visto algo, o he escuchado algo, o he leído algo, que me impele a dejar por escrito mis impresiones, mis ideas. Y juro que lo hago lo mejor que puedo, y a veces me queda un artículo o ensayo más cohesionado, más inspirado, que otras. Una vez terminado lo corrijo deprisa, por si hay un fallo grande, y le doy a publicar. Luego quizá lo vuelvo a ver una vez más, porque errores que se han pasado por alto en la revisión del editor pueden ser más visibles en la revisión in situ, en la página que lee cualquiera que quiera acercarse a ella. Y luego me olvido. Me olvido durante un tiempo, hasta que un resorte interior me dice que vuelva a mirar artículos de hace dos o tres semanas, o de hace dos o tres meses, y hay veces que me siento orgulloso, y otras que lamento haber dejado aquel texto, o ese de más allá, o haber empleado esa expresión, o aquella otra. O simplemente lamento no haber tenido una mayor capacidad, un mejor verbo, un enfoque más luminoso, más constructivo, o un ingenio más vivo, más libre. Y me prometo a mí mismo hacerlo mejor la próxima vez.

Y no es nada fácil. Porque quiero dar diversidad a estas páginas, y al mismo tiempo quiero darles una unidad de estilo, de pensamiento. Quiero ser serio, riguroso, pero también quiero ser ameno, divertido. Quiero evolucionar como articulista y crítico, sin dejar de lado el hecho de que quiero ser divulgativo y heterodoxo. Quiero mostrarme tal cual soy, ecléctico y alejado de purismos, pero tampoco quiero hablar demasiado de mis gustos, sobre todo quiero hablar de valores estéticos y narrativos absolutos, o por lo menos universales. Todo sería mucho más sencillo si solamente escribiera críticas literarias, o cinematográficas, y además lo hiciera como lo hace todo el mundo, es decir escribir sin tener nada que ofrecer. Pero quiero ser otra cosa, y al final la página acaba quedando disgregada, visceral, un tanto arbitraria, barroca en ideas y argumentos. Bueno, quizás es que yo soy así…

Pero escribir prosa, narrativa, es algo muy diferente. Es otro mundo. En la novela que estoy corrigiendo no me planteo ni siquiera el estilo. Allí lo tendré o no, y no hay mucho más que hacer. Aparecerá por sí mismo o lucirá por su ausencia, y forzar el estilo, hacerlo aparecer cuando no hay nada, es una de los peores elecciones de los escritores malos, de los escritores precisamente sin estilo. Me contento con mostrar la verdad de los personajes, con levantar un mundo ficticio que ha de ser consistente y físico, con desarrollar una peripecia personal que espero sea lo bastante potente, lo bastante satisfactoria. Y aún me faltan algunas semanas, o puede que meses, para conseguirlo. Pero en cuanto lo tenga la publicaré en Amazon y lo comentaré en estas páginas, para que aquel que quiera leerla pueda hacerlo.

10 respuestas a “Releyéndome…”

  1. Yo no leo libros desde hace muchos años y sin embargo no paro de leer día tras día artículos o escritos cortos hasta quedarme medio ciego, supongo que será por mi carácter mariposón, pero me consuela querer parecerme a Da Vinci (aunque yo soy muchísimo mas cortito) y saber de todo un poco, me gusta leer mucho y muy corto, lo largo me pone nervioso, me da la sensación de estar gastando demasiado de mi tiempo con un solo juguete, pero en tu caso será un placer leerte la obra entera, mándamela, que conmigo encontrarás un crítico en estado virginal sin corromper ni por la mala literatura ni por la buena.

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  2. Contarás con mi lectura en cuanto la tengas en Amazon. Espero que alcance el reconocimiento suficiente como para que acabe en físico esta misma o la siguiente (¿cómo hiciste con el anterior libro, el de ‘A dos metros bajo tierra: la vida mata’?).

    No te vuelvas loco por las correcciones que, seguro que el nivel ya es suficientemente bueno. Si un día te apetece te animo a que compartas con nosotros todo el proceso.

    ¡Un abrazo!

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      • Salga como salga si lo publicas podrás conocer el impacto de tu obra y exponerte a la opinión de terceros, que debería ser irrelevante sobre la forma y contenido de lo que escribes, pero que puede ayudar a ese pequeño viaje interno de autocrítica.

        Desde mi humilde opinión creo que tienes muchas cosas interesantes que contar, un estilo propio y no te debes a nadie. Con eso ya tienes mucho andado.

        ¡Un fuerte abrazo!

        Le gusta a 2 personas

      • Espero que para cuando tengas la ocasión de leer este trabajo no cambies de opinión. Bien sabrás tú que no es lo mismo escribir artículos o ensayos que prosa…

        Conque os resulte interesante ya me doy por satisfecho. Gracias por los ánimos!!

        Le gusta a 1 persona

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