A pesar de firmar una obra no muy larga en títulos –aunque la lista de proyectos no realizados o a medio terminar es realmente dolorosa–, Welles se ha ganó con creces la denominación de genio universal de este extraño invento llamado cine. Los trece largometrajes dirigidos por él, de los que sólo en un caso no participa también como actor, lo acreditan como uno de los cinco más grandes que ha dado la cinematografía estadounidense, siendo además el primero de todos ellos por coordenadas históricas, y probablemente el más trágico por todo lo que significó su carrera y las dificultades a las que se enfrentó para sacarla adelante.
Su maldición fue, sin ningún género de dudas, el contrato asombroso que consiguió de la RKO: control total y montaje final de tres películas… que por supuesto al final solamente fue una –’Ciudadano Kane’–, porque la siguiente, ‘El cuarto mandamiento’, fue ya mutilada por el estudio, y la tercera nunca tuvo lugar porque la compañía le rescindió el contrato. Considerado desde entonces un director difícil y problemático, tan solo tuvo oportunidad de filmar dos trabajos más en su país natal, que no forman parte de lo mejor de su cinematografía, antes de comenzar un largo periplo que lo llevaría por varios países del mundo, convirtiéndose en uno de los pocos directores nómadas estadounidenses de la historia del cine, reuniendo con mucho esfuerzo la financiación necesaria (muchas veces, la imprescindible) para poder seguir filmando películas.
Su magnífico díptico shakesperiano de 1948-1952 demostró que podía trabajar con menos medios pero con idéntica pasión e imaginación visual, y aunque probablemente con ‘Mr. Arkadin’ filmó su película menos interesante, regresó por todo lo alto a Estados Unidos para filmar una de sus más grandes obras maestras, ‘Sed de mal’ (‘Touch of Evil’, 1958), adaptando una novelita insustancial, con el apoyo de Charlton Heston, para reincidir en sus caracteres grandiosos y en su personalísima mirada al cine estadounidense. También mutilada por el estudio, no impidieron que ‘Sed de mal’ fuese uno de sus filmes más influyentes y valorados por la crítica mundial. Pero definitivamente desencantado de aquella industria, pudo hacer ‘El proceso’ en una dificultosa coproducción de varios países europeos y filmó otra obra maestra. Pero quizá su más perdurable y genial contribución al cine fue su última película shakesperiana, la monumental ‘Campanadas a medianoche’, filmada en su mayor parte en España, con el que quizá sea su guion más perfecto y su interpretación más desgarrada.
Todo en Welles es desmesurado, gigantesco, genial, barroco, grandioso. Incluso una película tan pequeña y tan sombría como ‘F for Fake’, que esconde en sus tinieblas un entusiasmo creativo y una euforia que se le escapa por los poros de sus fotogramas, es enorme y genial por su arrolladora inventiva, por la complicidad que transmite su creador y máximo responsable, por poseer una mirada única sobre cada pequeña cosa que observa. Sólo podemos soñar imaginando lo que su carrera hubiese dado de sí de no haber perdido el apoyo de los grandes estudios, o de haber podido filmar más películas en Europa, porque es imposible no referirse a su corpus como una trayectoria frustrada.
Ciudadano Kane (Citizen Kane, 1941) 9,5
El cuarto mandamiento (The Magnificent Ambersons, 1942) 9,5
El extraño (The Stranger, 1942) 7,0
La dama de Shanghai (The Lady from Shanghai, 1947) 7,5
Macbeth (1948) 8,0
Othello (1952) 8,5
Mister Arkadin (1955) 6,0
Sed de mal (Touch of Evil, 1958) 10
El proceso (The Trial, 1962) 9,5
Campanadas a medianoche (Chimes at Midnight/Falstaff, 1965) 10
Una historia inmortal (The Inmortal Story, 1968) 7,0
Fraude (F for Fake, 1973) 10
Para terminar, como siempre en los perfiles, una glosa de sus habilidades y técnicas como cineasta:
Guionista genial por su profundo conocimiento del mundo del teatro y su capacidad para traducir ese conocimiento en escritura cinematográfica, pergeñando argumentos apasionantes incluso a partir de textos tan manidos como los shakesperianos, a los que sus guiones dotan de una vida inusitada.
Actor extraordinario, a veces un poco soberbio o tirando demasiado de carisma, pero capaz de crear personajes memorables incluso en filmes ajenos, por su capacidad transformadora, en lo externo y en lo interno, y por su bella y profunda voz.
Dirección de actores entre las más grandes de la historia dentro de su clase, siendo además director de teatro y actor él mismo, lo que se traduce en una riqueza actoral muy difícil de encontrar en otros cineastas, incluso en los más grandes de su tiempo
Montador genial, superlativo, capaz de maravillas a la altura de muy pocos, como la batalla de ‘Campanadas a medianoche’ o el genial ritmo interno de ‘El proceso’, y quizá si hubiera montado él mismo ‘Sed de mal’ sería una obra maestra de mayor calado aún.
Realizador entre los más grandes de la historia del cine, que ha sabido extraer lo mejor de los directores de fotografía mejores de su época, pero también de los menos dotados, dándoles la oportunidad de lucirse, como cualquier de sus jefes de departamento se luce incluso en filmes de bajo presupuesto, siendo capaz de crear ambientes, o movimientos de cámara imposibles o de construir secuencias operísticas con cuatro cuartos.
Estilo grandioso, barroco, desmedido, enamorado de las posiblidades expresivas del cine, con constantes movimientos de cámara nunca gratuitos, sino siempre narrativos, al servicio de aquello que quiere contar, con un tratamiento del blanco y negro (el 95% de sus películas) excelso, con una profundidad de campo y una presión en los límites de la planificación audiovisual. Por último glosar algo que pocas veces se comenta: su magistral empleo del sonido en todas sus películas, guinda final de un estilo mil veces imitado y nunca superado, que puso el listón demasiado alto para sus contemporáneos y que tuvo que esperar hasta los setenta para encontrar rivales a su altura.
Marketing penoso, pese a ser un actor estrella en su país, le odiaban y le despreciaban por su escasa contención verbal, por no tener pelos en la lengua y por ser un niño prodigio al que debían poner en su sitio.
3 respuestas a “Perfil: Orson Welles”
Gran análisis de este genial director, cuyo Ciudadano Kane se estudia en las escuelas de cine porque explica el lenguaje cinematográfico a la perfección. Me apunto algunas de sus películas que desconocía
Bravo!
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Gracias. ¿Cómo podías desconocer películas suyas, hombre?
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Porque realmente las más conocidas son Ciudadano Kane, Macbeth, Othello y Campanadas a medianoche. Lo que no implica que sus otras obras no sean buenas pero no es fácil verlas salvo que tengas la suerte de pillarte algún pack de oferta que no suele ser el caso 😀
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