Cambio de rumbo

Qué curiosa es la vida creativa… Decía Bukowski que si no eres creativo de alguna manera, es decir si no eres un artista, bueno o malo, conocido o desconocido, es como si estuvieras muerto. Yo no sé si eso es verdad, pero está claro que muchas veces te mueves por impulsos y resortes desconocidos y ocultos para los demás. Es decir, también tienes tu vida, tus amistades, tu pareja, tu trabajo, tu salud y todo eso, con sus pulsiones y sus resortes que te empujan a hacer cosas para procurarte un mayor bienestar… pero sobre todo está esa vida aparte, esa existencia interior que ni siquiera sabes por qué está ahí pero que experimentas en paralelo, que has de colocar como mejor puedes al mismo tiempo que la otra vida, y que a menudo te obliga a escindirte en dos y a vivir cosas que para los demás son difíciles de comprender.

Recuerdo bien este inicio del año 2021. Después de haber concluido, con mucho esfuerzo, cuatro relatos bastante largos que conforman un solo volumen y que pueden adquirirse por muy poco dinero en esta web (del que por cierto me siento muy orgulloso porque creo que al menos dos de ellos están entre lo mejor que he escrito jamás) estuve algunas semanas tremendamente inquieto porque no sabía qué escribir a continuación, o mejor dicho no sabía cuál de los proyectos que tenía en mente sería el más idóneo para dedicarle semanas y meses de trabajo… porque hay una cosa que sí que no se puede elegir: no se puede elegir entre escribir y no escribir. Esto no es un oficio, ni un hobby. Algunos, muchos, escribimos porque no tenemos más remedio, porque una vida sin escribir es inconcebible. Y ya hemos estado muchos años sin escribir cuando era eso, precisamente, lo que teníamos que haber hecho antes que perder el tiempo con otras vidas… De modo que cuando acabas una cosa de inmediato, sin poder esperar a que pasen tres meses, quieres saber qué vas a hacer a continuación. Es posible que no empieces ese relato o esa novela nada más concluir lo anterior (aunque a veces lo he hecho), pero desde luego no vas a estar un año mirando la pared o viendo las noticias…

…claro, el problema es tener que elegir.

Porque cuando eres escritor, y espero que me crean los que lean estas líneas y no lo sean, mientras que sé que los me leen y son a su vez escritores (que me consta que hay unos cuantos) me darán la razón, nunca tienes un solo proyecto. Eso es muy difícil que ocurra. Tienes un gran proyecto en mente, eso seguro, pero tienes por lo menos tres o cuatro más, que bien pensado podían ser igual de grandes. ¿Y por cuál empezar? Ojalá viviésemos ciento cincuenta años asegurados y pudiéramos dedicar todo el día a escribir. Pero muchos no viviremos tanto tiempo y por desgracia tenemos que hacer otras cosas para vivir. Por lo que quieres elegir bien. Decía Cioran que hagas lo que hagas te equivocarás… una gran verdad que a un escritor, a cualquier escritor, le produce el más insoportable de los vértigos. Quieres elegir la novela o el libro de relatos perfecto, ese que te va a hacer crecer como escritor, ese del que te vas a enamorar irremediablemente, el que por ejemplo va a convencer a un editor de que merece la pena publicarte, del que vas a estar orgulloso toda tu vida. Pero lo cierto es que de los cuatro o cinco (o seis o siete) que tienes no sabes cuál es.

Ojalá estuvieras siempre profundamente enamorado del material que estás escribiendo todos los días, que te hace levantarte a diario a las seis de la mañana y acostarte a las dos. Pero eso no siempre sucede. A menudo estás con un material que te resulta interesante, o incluso muy interesante, pero que de vez en cuando notas que no estás exprimiendo o desarrollando en todo su potencial, o que sencillamente podía haber esperado mientras podrías haber dedicado tu valioso tiempo a otra cosa. Es una sensación horrible. Yo solo he estado completamente seguro de que ese era el proyecto ideal con mi primera novela. En el resto ha sido a ratos, y cada vez a menos ratos, aunque en la cuarta (que creo que está entre lo más interesante y personal que he escrito) fue muy parecido a la primera… Ahora llevo siete semanas escribiendo una novela que no iba a ser precisamente corta y que en su momento, hace como un año, ya pospuse para más adelante después de escribir unas pocas páginas. En poco más de mes y medio he escrito más de cien páginas (unas cincuenta mil palabras), pero he decidido posponerla de nuevo, guardando celosamente ese material a la espera de retomarlo en un futuro, porque me he dado cuenta de que no tengo prisa en terminarla y ponerla a la venta.

Algo que sí me sucede con el proyecto con el que voy a ponerme ahora, que probablemente sea uno de los más ambiciosos, o el más ambicioso, al que me he enfrentado, que ya barajé en enero y que no me atreví, no me lancé quizá por miedo, o por inseguridad… pero son esas las razones por las que tenía que haberme decidido por él. Un escritor necesita retos, un desafío en el que poder creer. Ya lo decía Buñuel: sin lucha no hay conquista. Es probable que este complejo proyecto me lleve muchos meses de trabajo, y muchos esfuerzos y frustraciones y desvelos, pero intuyo que va a merecer, y mucho, la pena. Cuando lo termine, dentro de varios meses (puede que después del verano o incluso a final de año, sea cuando fuere lo contaré en esta página), me sentiré pletórico y que he empleado mi tiempo en algo importante. Porque para eso escribimos algunos: para pasar un jodido infierno y salir de él renovados, más fuertes y más libres. Que luego te publiquen, o no, ese trabajo en una editorial de renombre es casi lo de menos.

3 respuestas a “Cambio de rumbo”

  1. Gran artículo, de los mejores que has escrito, porque reflejas la situación que nos pasa a muchos, con la diferencia es que, estoy convencido que tú finalmente acabarás siendo publicado por una editorial y así, lograr el reconocimiento que mereces tener.

    Sigue en tu empeño, que todo se andará. Bravo Adrián.

    Un abrazo

    Le gusta a 2 personas

Deja un comentario