El relevo del cine estadounidense

Este es uno de esos artículos en los que, si el autor hace pleno, cinco o diez años después, se pasa los siguientes diez o quince años alardeando de cuánta razón tenía y lo inteligente que es… pero que si no da ni una, o acierta muy poco, se pasan ese tiempo, y mucho más, recordándole que no tiene ni idea y que lo de hacer cábalas mejor se los deje a otros.

Porque con él voy a intentar dejar por escrito los que yo creo que van a convertirse en el inevitable relevo de los más grandes cineastas estadounidenses de la actualidad, cuando por desgracia dejen de trabajar definitivamente, por motivos de salud o de fallecimiento, los Scorsese, Coppola, Lynch, Malick, y los que vienen después de ellos, es decir los Van Sant, Jarmusch, Cameron, Fincher y otros grandes que ya frisan los sesenta o hace tiempo que entraron en esa década de vida.

Pero no es mi intención hacer un listado de las jóvenes promesas que a lo mejor han hecho un largo o algunos cortometrajes deslumbrantes… eso es trabajo de los festivales de cine como Sundance y de los jurados que premian o que sancionan. Lo que voy a hacer es nombrar a un ramillete de cineastas que ya ha destacado, bajo mi punto de vista, y que por tanto tienen todas las papeletas de seguir destacando y de formar parte de una generación que siga llevando el timón al menos en el cine de autor o independiente (que no es lo mismo…), siempre teniendo en cuenta que el gran Paul Thomas Anderson, que ahora mismo tiene cincuenta años, será el que los lidere a todos en un futuro, porque sigue siendo el que más y mejor se ha alimentado del sustrato narrativo y conceptual de los grandes cineastas de los años setenta, y el que será por edad el mayor de todos ellos.

Aquí los nombres:

Jeff Nichols
Sam Levinson
Cary Joji Fukunaga
Barry Jenkins
Chloé Zhao
Edgar Wright
Mike Flanagan
Robert Eggers

El primero es inapelable porque de todos los nombrados es el que ya ha conseguido una carrera más robusta, a pesar de haber dirigido sólo cinco largometrajes (Shotgun Stories, Take Shelter, Mud, Loving, Midnight Special), pero su talento, su personalidad, ya ha quedado del todo refrendado en todas ellas, así como su crecimiento como cineasta. Si hay alguno que en un futuro pueda tomar el relevo de Paul Thomas Anderson y que lidere su generación, es él.

Luego yo pondría a Sam Levinson y Cary Joji Fukunaga, que han demostrado sobre todo en televisión el inmenso potencial que pueden llegar a explotar en futuras películas. El primero con la deslumbrante, pasmosa primera temporada (pronto tendremos la segunda) de ‘Euphoria’, y el segundo con la primera temporada (las posteriores no han sido dirigidas por él y no han estado a la altura) de ‘True Detective’, la serie creada por Nic Pizzolatto a la que Fukunaga dotó de una clase y un estilo visual que sólo se puede calificar de apabullante. Pero Fukunaga ya hizo un buen trababajo con la sólida y terrible ‘Beasts of No Nation’ (2015), y ahora tiene pendiente de estreno el último Bond, paralizado por la pandemia. Se entiende que haya aceptado hacer un gran título comercial, que quizá le asegure una continuidad de trabajos en esta década.

Podemos nombrar también a Barry Jenkins, cuya estupenda ‘Moonlight’ (2016) se llevó el Óscar contra todo pronóstico, y a la chino estadounidense Chloé Zhao, que este año tiene todas las papeletas de convertirse en la segunda directora en ganarlo (tras Kathryn Bigelow) por su contundente ‘Nomadland’. En las últimas décadas el Óscar no ha dado buena suerte a sus receptores, pero todo puede cambiar. Ambos han sido ya captados por la maquinaria comercial de su país (la segunda para dirigir otro título Marvel y el primero para la que dicen será una precuela de Lion King), y esperemos que de nuevo sea como en el caso de Fukunaga, para asegurarse una continuidad que les permita proyectos má spersonales.

También se espera con curiosidad el próximo trabajo del británico Edgar Wright, que va a titularse ‘Last Night in Soho’. Es Wright algo parecido a un pequeño Scorsese aunque bastante más frívolo y sin la densidad conceptual de aquel. Quizá ha llegado el momento de su madurez como autor, aunque esperemos que no pierda la ironía que ha caracterizado su eufórico cine.

Y para terminar, dos de los que ya han triunfado desde un punto de vista narrativo aunque quizá no tanto a la hora de trascender al gran público: Eggers y Flanagan. En mi opinión Flanagan podría convertirse, si es que no lo es ya, en un heredero de John Carpenter, con las magníficas ‘Gerald’s Game’ y ‘Doctor Sleep’, sendas adaptaciones de Stephen King, ya en su haber. Y Eggers, si sigue alejado de lo que se suponen que demanda el público menos exigente, va a construir una interesantísima carrera de suspense y terror, con filmes pequeños y artesanales y tremendamente sugerentes. Lo iremos viendo.

Y yo creo que hay algunos más, pero estos nombrados deberían darnos alegrías en un futuro, sobre todo cuando los grandes autores se hayan cansado de tirar del carro o hayan desaparecido. A ver si para entonces seguimos teniendo ganas de ir alguna vez al cine.

4 respuestas a “El relevo del cine estadounidense”

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