Muchas, muchísimas, especialmente proferidas por escritores, sobre todo escritores contemporáneos, aunque chorradas se han dicho y escrito por todo tipo de personalidades a lo largo de los tiempos, y han sido repetidas y asimiladas por los lectores más acríticos. Empecemos:
Dice Arturo Pérez-Reverte que él puede hacer una novela sobre la Guerra Civil porque él ha estado en muchas guerras (algo que repite machaconamente en cada entrevista que le hacen) como reportero. Es, en otras palabras, el viejo lema de «escribe sobre aquello que conozcas». Esto es una tontería como un piano de grande y además es radicalmente falso. Si así fuera, la literatura sería simplemente una colección de memorias, o de reportajes, o de hitos personales, y podríamos borrar la literatura de fantasía, de terror y de ciencia ficción. Existen muchos escritores que no han estado en una guerra y han escrito novelas muy superiores a las del autor nombrado, algo que por otra parte tampoco era muy difícil. Consiste en usar la imaginación para fabular…
Que el novelista «no nace sino que se hace», lo he oído, quizá no con esas palabras aunque sí parecidas y con el mismo mensaje, a multitud de escritores y de lectores, y en realidad es algo que se intenta demostrar cada vez que un incauto/a acude a un taller de escritura o a alguna escuela en la que aprender a convertirse en novelista, narrador o poeta. No hay escuelas ni talleres en el mundo capaces de convertirte en ello: o lo eres o no lo eres. Otra cosa es que en efecto necesitas de un bagaje intelectual, necesitas leer muchísimo (y asimilarlo bien…) y leer bueno, y necesitas trabajar muchísimo, escribir miles de páginas antes de llegar a algo bueno. Pero ni Cervantes fue a la escuela a aprender a escribir ‘El Quijote’, ni Melville para escribir ‘Moby Dick’, ni Mann para escribir ‘La montaña mágica’.
Otra falacia especialmente brillante es esa que dice que leyendo aprendemos, crecemos y nos convertimos en mejores personas. Bien: nadie aprende nada leyendo literatura. Leyendo quizá libros de autoayuda podría ser, pero los libros de autoayuda (entre ellos, un gran porcentaje de las novelas que se publican hoy día) no son literatura sensu stricto. La literatura ha de suponer un problema (psicológico, emocional, intelectual) para el lector, de gran calado, no un aprendizaje como si leyera un libro de texto. Y desde luego nadie es mejor persona por leer gran literatura: eres, como mucho, mejor lector… y eso en el caso en que sepas aprovechar lo leído.
Más mentiras: que haya que documentarse para escribir una novela o un relato como si fuéramos a hacer un tratado del tema en cuestión. ¿Que es de la II Guerra Mundial? Tienes que leerte por lo menos veinte volúmenes bien gruesos y tragarte un centenar de documentales, y si de paso hablas con expertos del tema, mejor que mejor. ¿Que tiene que ver con pescadores gallegos? Pues más te vale saberte su forma de vida y sus vocablos, y todos los aspectos técnicos de lo que rodea su oficio para que así nadie pueda echártelo en cara cuando lean la novela, como si el lector fuese un profesor que te pasara la lección, cuando en realidad lo que espera, si es medianamente inteligente, es que le des algo de literatura. Documentarse no hace daño a nadie, pero novelar no es acumular una pila de datos, sino partir de lo general para ir a lo concreto.
Es una mentira como una ballena azul de grande que el escritor dependa de su inspiración para escribir. Eso de la inspiración yo no sé quién se lo inventó, pero la cosa ha dejado mella, porque vaya forma de dar la vara… Un escritor puede darse con un canto en los dientes si en el transcurso de las veinte o treinta o cuarenta semanas de intenso trabajo, está inspirado de verdad durante dos o tres. Eso es un lujo que casi nunca se tiene y no se puede depender de él. De lo único que puedes depender es de tu voluntad y tu confianza en ti mismo, elementos ambos que pueden tambalearse muy a menudo y que es tu deber encontrar la forma de mantenerlos a flote. Eso de inspirar va muy bien para la épica de los escritores, pero no vale para nada más que para seguir respirando.
Es mentira que los escritores sepan lo que están haciendo y tengan muy presentes sus influencias o sus deudas literarias. Generalmente un escritor, por muy bueno que sea, no tiene claro de donde sale todo eso que pone en el papel. También es mentira que lo tenga todo claro desde el principio, o por lo menos no debería. Hacer una escaleta de absolutamente todo y luego seguirla como si fuera el sancta sanctorum resta frescura al texto y lo convierte en una plantilla sin verdadera fuerza expresiva, algo que les sucede a más escritores de los que la gente se cree.
Una última mentira para no hacer esto demasiado largo: los escritores no son más inteligentes que los lectores, jamás, salvo casos muy extraordinarios, que también los hay. Por lo general, aunque se lo tengan muy creído, suelen ser bastante menos inteligentes que ellos, y las trampas se las pillas muy fácilmente, si es que sabes razonar y encontrarle los tres pies al gato, que puedo asegurar que sucede con el 99% de lo que hoy día se publica. De modo que no tengamos a los escritores, a casi todos ellos, en tan alta estima, y seamos un poquito más exigentes, que no tenemos nada que perder y todo por ganar.
11 respuestas a “Mentiras y bobadas sobre la literatura”
Perez Reverte ha estado en muchas guerras y por ello puede hablar de las mismas con conocimiento de causa, de la misma forma que estuvo de oyente en la batalla de Trafalgar y yo creo que fue en esa donde le pegó un buen golpe en la cabeza una de aquellas balas redondas y negras de los cañones antiguos, desde entonces ya puede hablar de todo y ser mas chulo que un ocho, por eso siempre nos cuenta las batallitas del abuelo Pérez Cebolleta digo Reverte, gusta de apadrinar a otros escribidores contemporáneos que también son excelsos contando cuentos, similares a los famosos cuentos Calleja, que esconden la mano cuando viene la vieja y la sacan cuando viene la paguita por los servicios prestados y escritos.
(:-))
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Hay muchos que creen, como él, que a menos que no hayas vivido algo no puedes contarlo. Narcisismo lo llaman a eso.
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Hola, colegas.
Reverte es como un notario o un registrador de la propiedad, no sabe fabular, novelar, que es lo que tiene que hacer un novelista.
Y eso de hablar de lo que uno vive, no creo que sea imprescindible en el arte, ni mucho menos. Dante no estuvo en el Paraíso y lo describió maravillosamente.
Un abrazo.
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Es verdad… Dante es el ejemplo máximo de eso…
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Hombre, hacia tiempo que no nombrabas a Pérez Reverte. Que coñazo de tío.
De guerras sabrá mucho pero su alatriste da tristeza leerlo xD
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