Erratas a montones

Pero muchas, ¿eh? Muchísimas. Algunos amigos que me leen de vez en cuando me avisan y me comentan de esta o de aquella, pero hay tantas algunas veces que es imposible verlas todas. Erratas y fallos bobos cometo a cientos todos los meses, y basta entrar a un artículo de hace tiempo para que enseguida me salte una a la vista como un bofetón. Sin ir más lejos, recientemente me han comentado sobre mi crítica de ‘La montaña mágica’, la excelsa novela de Thomas Mann. Y como no me acordaba bien de qué diablos escribí en su momento, he regresado a ella, y en el primer párrafo un fallo como una catedral: he dicho que 1924 es un año perteneciente a «la segunda década del siglo», en lugar de lo correcto, a la tercera. Y lo he corregido, claro. Pero no porque tenga miedo de quedar como un bobo (algo que puedo ser con mucha facilidad…) sino porque me da una rabia espantosa cometer un fallo tan absurdo y dejarlo ahí. Si te van a juzgar por tus fallos que sean fallos gordos, joder, eso me digo todos los días, no fallos de mierda como ese.

Es muy posible, de hecho, que en este texto que estoy escribiendo ahora haya nuevas erratas de las que no me he dado cuenta, porque el corrector del WordPress y mis propios ojos llegan hasta donde llegan. Ese mazacote de palabras situado encima de este puede albergar en su interior, sin ninguna duda, tres o cuatro erratas de las que te dan ganas de arrancarte los ojos. Incluso este nuevo párrafo puede contener varios errores garrafales. Incluso la siguiente frase. Y lo más increíble de todo es que puedes repasar el puñetero texto ocho o nueve veces… ¡que no las ves! Tiene que llegar otra persona, o tú mismo dentro de tres meses, echar un vistazo meramente superficial al artículo, y encontrar sin esfuerzo cuatro o cinco errores absurdos. No tiene ni puto sentido, pero así es. Pareciera que nuestro cerebro hace un pacto de silencio respecto a esos mismos errores que no te ha avisado que estás cometiendo, y que engañe a tu vista para no quedar mal ante sí mismo. O algo por el estilo. Seguro que esto tiene un nombre en biología o en psicología: «la ceguera ante el propio error», por ejemplo.

Yo no soy una persona que tenga el menor problema en admitir mis errores, ni en esto ni en ninguna otra cosa. Es más, creo que soy mucho más duro conmigo mismo respecto a mis errores de lo que puede ser cualquiera que lo intente con todas sus fuerzas. Últimamente, revisando las críticas de Cinema & Letras creo que podría haber escrito bastantes de ellas con mucha mayor enjundia, con mucha mayor pasión. Y sobre todo que podrían estar mucho mejor escritas. Tampoco sé cómo, pero así lo creo. Las leo y me digo: pues bueno, pues vale. No está mal, pero podría estar mejor. Hasta las erratas me parecen menos importantes que el hecho de que ahora escribiría muchas cosas de un modo diferente, y quiero creer que mejor. Ya que me rompo la cabeza (y los dedos, y la espalda) escribiendo alrededor de dos mil palabras diarias desde hace ya unos años, digo yo que hay alguna probabilidad, por pequeña que esta sea, de que esté mejorando poco a poco en mi expresividad, en mi verbo, en mi estilo, si es que tengo alguno, tanto en artículos como en ficción, en mi prosa, en mi forma de hacer las cosas. Espero, o quiero esperarlo. Quizá es por eso que leo algo escrito hace un año y pienso que podría hacerlo mejor. O quizá es autocrítica destructiva que no me lleva a ninguna parte.

Pero ahora que lo pienso quizá la mayor errata de todas no sean pequeños fallos gramaticales o sintácticos, o verbales o de construcción. Quizá la mayor errata de todas la he cometido hace mucho tiempo, y está por encima (o por debajo) del hecho de que a pesar de la apariencias soy bastante más blando de lo que debería, y bastante más humilde que mucha gente que escribe por ahí sin la menor preparación y lo que es peor sin la menor pasión… el mayor error que he cometido es que no he creído de verdad en mí mismo. Tenía la sensación de que lo hacía, pero no era verdad. Y llevo un tiempo empezando a creer, y ni siquiera me he percatado de ello. A creer que mis ideas son válidas e interesantes, a creer que tengo algo que decir, a creer que en comparación con muchos/muchas que se dedican a juntar letras, yo por lo menos sé de lo que hablo y puedo hacerlo bien. Lo decía de vez en cuando, pero no lo creía. Y ahora estoy seguro de que sí, de que merece la pena leerme aunque cometa cuatro errores bobos por párrafo, aunque lo que escribo hoy seguramente en 2022 me parezca algo más flojo o poco trabajado. Aunque mis relatos o novelas puedan no gustar o interesar a todo el mundo. Aunque no vuelva a leerme nadie nunca más, o no me lean más que bobos que no estén realmente interesados en mi trabajo. Yo creo en mí, y es extraño pensar que han tenido que pasar cuarenta y dos años de mi vida para poder decirlo. Creo que lo que escribo en esta página está bien, y creo que mi última novela, que terminaré de corregir dentro de poco, está más que bien.

Gracias sinceras a los que leen esta página, que son bastantes, y a los pocos que comentan, que ojalá fueran más. De verdad que no muerdo, y aquí se puede decir o comentar lo que sea. He aprobado comentarios de memos que no tienen nada mejor que hacer que atacar ideas que no les gustan… Y espero no volver a dejar de creer en mí. ¿Quién va a hacerlo, si no?

2 Comments

  1. Tranquilo que progresas adecuadamente, lo que pasa es que si quieres triunfar plenamente te has de hacer corresponsal de guerra, no acercarte nunca al frente y preparar la lengua para……..ya sabes, de lo contrario reconocerán tu valía dentro de unas décadas, no digo cuantas para no equivocarme yo tampoco, si acaso sería la «década prodigiosa». Desde luego no te mortifiques porque para uno que sobresalga de cada cien por sus propios méritos, los otros 99 en realidad sobresalen como pelotaris, pero no de pelota, que también, sino mas de cepillo y halagos a quien conviene que suele ser el que manda. (:-))

    Le gusta a 1 persona

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s