Carta abierta a los grandes lectores de hoy

No lean.

Esa debería ser toda la carta dirigida a ustedes, pero no va a serlo. Me temo que habrá que ser un poco más prolijo. Por otra parte no tengo la menor esperanza de que nadie vaya a hacerme el más mínimo caso. Ni falta que hace.

Pero es un buen comienzo para esta carta: no lean. Para lo que se publica hoy día y se pone en las mesas de novedades, mejor no leer. Y me refiero tanto a obras de ficción como a obras de no ficción. Aunque supongo que sobre todo me refiero a obras de ficción, porque sí es verdad que en ensayo, documentación, divulgación, se ponen libros interesantes a la venta.

Querido «gran lector» de hoy, que te atiborras a best-sellers, a esos libros que las editoriales de gran tirada que venden en superficies tales como El Corte Inglés, Fnac o la Casa del Libro, que haces, que hacéis, millonarios a individuos sin la menor vocación literaria, que mantenéis a flote a editoriales a las que la literatura les importa un carajo, debéis saber algo: lleváis años, o décadas, leyendo basura. Y algo en vuestro interior lo sabe. Lo sabe perfectamente. Por lo tanto sois cómplices. No me dais ninguna pena, pero aún sois capaces de hacer revertir la situación. Siempre lo habéis sido. La cosa es simple: dejad de leer basura, dejad de hacer millonarios a sujetos que por mucho que lo proclamen a los cuatro vientos les importa una mierda el lector, pues lo único que les importa es su cuenta corriente.

No neguéis con la cabeza: lo sabéis. Pero es muy difícil que lo reconozcáis, porque ya ha anidado en vuestra cabeza una forma de ficción, de novela, que ha arraigado bien y que os dicta que lo que de verdad es literatura es «un rollo», o es de «culturetas», o de «pedantes», o que no es para vosotros. Tiene toda la lógica. Lo que esos pseudo-novelistas han conseguido es destrozaros el criterio, el buen gusto, la creatividad y la imaginación. Ahora ya no estáis preparados para leer otra cosa que lo que se ha escrito en los últimos veinte años y que carece por completo de eso que se llama literatura, que como mucho son relatos contados con cierta habilidad mecánica, como si fueran películas, o series descritas en una página, pero que desde luego en ningún caso son novelas auténticas. Y si de verdad os interesa leer algo más, algo verdaderamente valioso, tendréis verdaderos problemas, tardaréis años en poder apreciarlo.

Pasa un poco como con las películas, pero mucho más intensamente. Si te pasas diez años viendo blockbusters estadounidenses y luego te pongo una película de Akira Kurosawa, la vas a rechazar. En lo que tiene que ver con los libros es peor: si estás un año leyendo libros valiosos y luego encadenas tres o cuatro realmente deleznables, es como si hubieras perdido varios años. Tu mente ha empezado a atrofiarse, y pudo prometer que no exagero lo más mínimo. Lleva años formar un criterio, y tan solo un par de lecturas atroces puede destrozarlo. Tal es el super-poder de gente como Antonio Muñoz Molina, Elvira Lindo, Arturo Pérez-Reverte, Carlos Ruiz Zafón, Javier Marías, Juan Gómez-Jurado, Katherine Neville, E.L. James, Dan Brown, John Grisham, James Patterson, y gente así. Escritores muy exitosos, cortados todos por el mismo patrón de mediocridad, desidia literaria, pobreza intelectual y de recursos estilísticos. Muchos quisieran ser como ellos: ganar mucho dinero destrozando la literatura y el criterio y la creatividad de los lectores. Y algunos incluso lo logran. No seas tú partícipe de esta farsa.

Porque además no necesitas nada de eso. Tienes suficientes lecturas con lo que se ha escrito en el XIX y en el XX (amén del barroco español) para el resto de tu vida. No necesitas gastarte 25€ en uno de esos tomos lujosos, con portadas muy coloridas y letras muy grandes, ni seguir a tanto falso y falsario, a tanto narcisista que se pasa la vida hablando de sí mismo en las redes y escribiendo chorradas en las columnas. Ten un poco de dignidad, la que ellos no tienen y la que intentan robar a todo el mundo para llevarse unos cientos de miles con su última publicación. Conviértete en un lector de verdad y aborrece todo este circo de egos, de niñatos subidos a pedestales que no les corresponden, todo este show al que se observará con vergüenza y desdén dentro de algunas décadas, como una de las épocas más bochornosas que han existido en la narrativa y en la literatura, muy especialmente en España.

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