Porque las obras maestras también tienen niveles, y no todas están al mismo, en absoluto. Con esta breve muestra (porque no están ni mucho menos todas las que son), intento dar una idea al lector de cuáles son mis ideas acerca de las obras más perfectas y de que incluso entre ellas hay que hacer diferencias.
Explicar a fondo mi sistema de ideas me llevaría, claro está, varios cientos de páginas. Y no quiero aburrir a nadie, pero ya voy dejando por aquí algunas pinceladas siempre que tengo ocasión (varios cientos de miles de palabras invertidos en esta página a estas alturas…), así que no hace falta, de momento, extenderme mucho más.
Sólo decir que la diferencia entre unas y otras en grandeza y aliento lírico es, a veces, de varios años luz.
La inalcanzable cima






Excepcionales obras maestras
1956 – Un condamné à mort s’est échappé
Grandes obras maestras





