Todo parece indicarlo así. Pero no fue, tal como he defendido muchas veces, con el llamado cine clásico de los años cuarenta y cincuenta (en el que sólo participó tangencialmente el único genio que vivió en aquella época, Orson Welles, exiliado gran parte de su carrera) sino en los años setenta, con el que recogió el testigo: Francis Ford Coppola, hoy olvidado pero todavía vivo, quizá capaz de filmar su ‘Megalópolis’ a sus ochenta y pico años y de volver a demostrar quién fue… Sea como fuere, algunos han dicho (con acertado criterio a mi parecer), que después de ‘The Godfather, Part II’, no se podía filmar nada. Bueno, lo único que se podía filmar fue ‘Apocalypse Now’, y se filmó. ¿Y después?
Hagamos un breve compendio, poniendo en primer lugar a Welles y Coppola, y luego viendo las más grandes obras que llegaron al cine estadounidense a partir del río creado por ‘Apocalypse Now’:
CITIZEN KANE
TOUCH OF EVIL
CHIMES AT MIDNIGHT/FALSTAFF
THE GODFATHER
THE CONVERSATION
THE GODFATHER, PART II
APOCALYPSE NOW
Años posteriores y década de los 80:
Raging Bull, de Martin Scorsese
Goodfellas, de Martin Scorsese
The Thing, de John Carpenter
Prince of Darkness, de John Carpenter
They Live, de John Carpenter
The Elephant Man, de David Lynch
Blue Velvet, de David Lynch
The Terminator, de James Cameron
Aliens, de James Cameron
Robocop, de Paul Verhoeven
Die Hard, de John McTiernan
Años 90:
The Age of Innocence, de Martin Scorsese
Casino, de Martin Scorsese
Terminator 2: Judgment Day, de James Cameron
Titanic, de James Cameron
The Thin Red Line, de Terrence Malick
Lost Highway, de David Lynch
The Straight Story, de David Lynch
The Silence of the Lambs, de Jonathan Demme
JFK, de Oliver Stone
The Shawshank Redemption, de Frank Darabont
Unforgiven, de Clint Eastwood
Dead Man Walking, de Tim Robbins
Carlito’s Way, de Brian De Palma
12 Monkeys, de Terry Gilliam
Nuevo siglo
Gangs of New York, de Martin Scorsese
The Aviator, de Martin Scorsese
Wolf of Wall Street, de Martin Scorsese
Silence, de Martin Scorsese
Avatar, de James Cameron
The New World, de Terrence Malick
There Will Be Blood, de Paul Thomas Anderson
The Master, de Paul Thomas Anderson
Eternal Sunshine of the Spotless Mind, de Michel Gondry
Brokeback Mountain, de Ang Lee
Munich, de Steven Spielberg
Lincoln, de Steven Spielberg
The Assasination of Jesse James by the Coward Robert Ford, de Andrew Dominik
I’m not There, de Todd Haynes
The Girl With the Dragon Tattoo, de David Fincher
Boyhood, de Richard Linklater
Spider-Man: Into the Spider-Verse, de Peter Ramsey, Rodney Rothman y Bob Persichetti
Y no creo que se pueda añadir ninguna más. Ninguna más gigantesca, magistral o directamente obra maestra. Obras notables hay muchas, pero se trata de buscar, en este ramillete exclusivo, lo más grande, lo que pueda competir con ‘The Godfather, Part II’ y ‘Apocalypse Now’. Lo que se pueda parangonar. Y aunque tenemos ahí a gente extraordinaria como Scorsese, Lynch, Carpenter, Cameron, Fincher o Malick, que son quizá los cinco que más han hecho por empujar al cine estadounidense en estas últimas cuatro décadas y los que han conseguido obras maestras de mayor calado, pero supongo que el lector estará de acuerdo conmigo en que ninguno de esos gigantes llegó a hacer un ‘Apocalypse Now’, porque nadie ha podido. En grandeza, épica y visión quizá ‘Titanic’ se acerque, o ‘Gangs of New York’ (bastante más desequilibrada, eso sí), en audacia y personalidad ‘Lost Highway’, o ‘The Master’. Lo complicado con las cimas de Coppola es que parecen haber marcado también la cima del cine estadounidense, y se me hace muy difícil pensar (no hay nada imposible, eso sí), que se pueda llegar más allá, que se pueda poner algo por encima de eso, máxime cuando durante cuarenta años lo que han hecho los más grandes ha sido acercarse y nada más.
Pero es que incluso ‘The Godfather, Part III’, la coda de su trilogía en 1990, contiene más audacia e inteligencia que muchas obras maestras de su tiempo. Así que habrá que esperar mucho, y mucho tendrá que cambiar el lenguaje, si queremos volver a vivir una revolución semejante y que el techo vuelva a ensancharse otra vez.