El cine sin sonido no es cine

Volviendo a ver esa formidable película que es ‘Nader y Simin, una separación’ (‘Jodaeiye Nader az Simin’, 2011), de Asghar Farhadi, y por las circunstancias en que hay que verla en la plataforma Filmin, vuelvo a pensar que aquellas veces que me metí en cierto berenjenal (…más que berenjenal me expuse a una serie de insultos en ciertos foros…) por el tema del doblaje, lo cierto es que fui bastante blando. En general soy bastante blando, por mucho que para algunos Massanet sea sinónimo de broncas, y de mala leche y de ir a machete. Escúchenme si no me creen en el programa @viajerosnoche y verán que no miento. Un trozo de algodón del osito cosido por la abuela, es lo que soy, teniendo en cuenta lo que pienso y me gustaría expresar muchas veces.

El lector puede saber a qué berenjenal me refiero poniendo en google Adrián Massanet y doblaje, o simplemente dando click a este enlace (ya hago yo el trabajo por él…de nada), que aunque tiene unos cuantos años sigue ahí disponible. Obviamente sigo pensando lo que pensaba entonces, y sigo pensando que el tema del sonido es irrelevante para el 50% de los espectadores (aunque esos espectadores sean cualificados, hayan ido a escuelas de cine, hayan dirigido cortos o incluso se dediquen a la crítica cinematográfica o a poner en twitter planos y contraplanos y tratar de elaborar así ciertas teorías…) mientras que para el otro 50% se reduce a una cuestión técnica de cuán envolvente es y cuántos disparos y explosiones y con qué calidad se pueden escuchar en una sala de cine. Haga la prueba el inopinado lector de estas líneas y trate de encontrar una sola crítica en los medios que haga mención al sonido, no digo ya que lo comente de forma un poco más profunda, digo mencionarlo.

Se ha asentado la idea de que el cine es sobre todo imagen, con frases hechas (y falaces) como que una imagen vale más que mil palabras. Pero insistiré las veces que haga falta: una imagen por sí misma no tiene ni la mitad de fuerza, ni un 10% de fuerza, sin el sonido que la ampara y la sostiene, ya sea sonido ambiente, ya sea un diálogo, una pieza musical o cualquier otra cosa. Si el cine fuera ante todo imagen nos hubiéramos quedado en el mudo. Pero mira tú qué casualidad que no lo hemos hecho… ¿Y el doblaje afecta tanto al sonido general de la película? Definitivamente, sí. Porque resulta que al doblar no solamente se retira la voz original de los actores y se pone una nueva (desvirtuando por completo su interpretación, por cierto) sino que el conjunto del sonido de la película queda totalmente destruido por esta intromisión en su integridad.

Que haga la prueba el lector: ponga un fragmento de una película doblada, ya sea europea o estadounidense, y luego ponga ese mismo fragmento, esos veinte segundos sin diálogos en los que sólo hay sonido ambiente o música, en su versión original. No suena igual casi nunca. Hay ciertas películas que van más preparadas y que la pista de diálogos ya está lista para ser intercambiada por otra del país en el que va a exhibirse, pero aún así tanto la música como el sonido se ven alterados, y ni el mejor técnico del sonido del mundo puede evitarlo (aunque si me lee alguno me dirá que sí pueden, que les conozco….). En el caso de ‘Nader y Simin’, que puede verse en Filmin, no dispone de subtítulos al español. Como no tengo ni pajolera idea de persa me he visto obligado a poner muchas de sus escenas dobladas al español, porque aunque ya la había visto quiero entender ciertos diálogos. El sonido ambiente casi desaparece. Pero el sonido ambiente lo es todo. Es lo que hace a unas imágenes persuasivas, lo que te convence de su textura y lo que te levanta una segunda realidad. Cuando voy al cine, más que las imágenes, lo que me hace percibir que aquello que estoy viendo es verdadero es que casi puedo tocar el sonido.

Pero si pones los títulos iniciales de ‘El hombre que mató a Liberty Valance’ en su versión doblada, y luego en su versión original, puedes alucinar porque lo que en la versión original es una música que suena como una orquesta fastuosa en la versión doblada parece la orquesta del pueblo tocada por una panda de borrachos.

Ponerle voces a una película en otro idioma que el original, no solamente es doblarla. Es adulterarla, es mutilarla. La experiencia fílmica resulta del todo invalidada por esa necesidad del personal de ver que los actores hablen en su propio idioma, una costumbre muy arraigada en un país como España, que debería tener el mayor porcentaje de salas en versión original, pero que en la realidad tiene un pequeño porcentaje frente a las salas dobladas. Una lacra que ni siquiera con el paso de las décadas, y la llegada de las nuevas plataforma en las que incluso los adolescentes ven casi todo en versión original, ha podido superarse. Y yo creo que ya está bien de hacer el ridículo.

5 respuestas a “El cine sin sonido no es cine”

  1. Eso me recuerda a la noticia de que la voz de Bender original no va a estar en los nuevos episodios de Futurama, y bastantes seguidores españoles decían que ellos preferían el doblaje al original. Yo soy siempre de versión original aunque algunas pocas veces me pierda algo superior, comentabais en alguno de los podcast la voz del genio en la peli de animación de Aladdin, ¿qué me dices de Bruce Willis o Schwanegger (Constantino Romero, el nuevo doblador que tenga ahora no lo he oído)?

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    • Disculpa que no te contestara antes…

      Yo a veces prefiero el doblaje español en animación. Me pasa con Futurama y me pasa también con Aladdin y otras. En animación el doblaje es más defendible, creo yo.

      Arnold o Willis o quien sea hay que escucharles a ellos, no a actores de doblaje españoles.

      Un abrazo!

      Le gusta a 1 persona

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