Tendría yo unos doce o trece años cuando vi ‘Barton Fink’, de los hermanos Coen, por primera vez. En efecto: por alguna razón en mi niñez vi unas cuantas películas que no me correspondían por mi edad. Pero sea como fuere, su visionado me impactó muchísimo. Nunca había visto un filme tan siniestro, tan metafísico o incluso feísta, La extraña epopeya de este dramaturgo que decide irse a Hollywood a escribir guiones de películas se me quedó grabada en la mente, y volví a verla algunas veces más con el paso de los años, siempre con la misma sensación de hallarme ante algo muy original a lo que, como es lógico, he ido extrayendo mayores profundidades conforme me hacía mayor y descubría de qué va esto del Cine.
Nos ha parecido, al equipo de Viajeros de la Noche, una excusa estupenda ponernos a hablar de ella, para ya de paso expandir la conversación a las múltiples aristas argumentales y filosóficas que se desprenden de ella, sobre todo en lo que tiene que ver con ese extraño acto que consiste en sentarse delante de una máquina de escribir o (más habitualmente) delante de la pantalla de un ordenador, para ponerte a dar teclazos, y no precisamente para hacer un informe en el trabajo, sino para escribir algo creativo. La cinta de los Coen da para eso y para mucho más, y tenemos la suerte de que además de mí, que trato de escribir mis ficciones lo mejor que puedo, también Carlos ha escrito novelas y otras ficciones, o sea que en la mesa somos dos los que podemos aportar nuestro punto de vista sobre este espinoso asunto, siempre con las certeras y a veces cabronas preguntas de JJ, que no se corta un pelo a la hora de indagar en todo ello.
Como resultado nos ha quedado un debate muy enriquecedor de poco más de dos horas y cuarto que estoy muy seguro de que nuestros oyentes habituales –y los nuevos que esperamos puedan llegar– apreciarán, tanto si quieren profundizar en lo que significan las imágenes de la cuarta realización de los Coen, como si quieren escuchar a los tres compañeros discutir sobre las peculiaridades de escribir y luchar por terminar una obra creativa. Creo que nos ha quedado un debate no solamente ameno e interesante, sino realmente valioso. No todos los días nos ponemos a hablar de cómo nos enfrentamos a la creación de nuestras novelas y relatos …y quién sabe, quizá algún día a Juanjo le de también por escribir alguna ficción.
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2 respuestas a “Viajeros de la noche – Vigésimo capítulo: Barton Fink y el infierno del escritor”
Hay un momento del podcast dónde debatís de quién es una película y también comentáis la cantidad de gente implicada. Claro, en ese sentido, la mejor obra de David Lynch (no voy a decir yo cual) es tan personal que es difícil llegar a todo el que quiera verla (hay gente que de entrada no quiere verla) y al mismo tiempo es todo lo que puede dar David Lynch; pero la mejor obra de Francis Ford Coppola (ídem a lo dicho antes) no es tan personal, aunque en un artículo anterior dijeras que por su obra puedes decir cómo se encontraba en aquel momento de su vida, sino más bien universal y no es lo mejor que puede dar Francis Ford Coppola pero es casi lo mejor que puede dar él, los guionistas, los actores, los montadores, etc.
Barton Fink es la primera vez que la veo y me cuesta empatizar con un protagonista antipático a la vez que pasivo, aunque así lo quieren los Coen desde el principio.
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Empatizar con Fink es imposible. Puedes sentir lástima por él, puedes entender ciertas motivaciones, pero en ningún momento ponerte de su lado, los Coen así lo han querido.
Claro, ¿cómo ser un autor en cine? Pues llevando tu visión hasta sus últimas consecuencias…
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