Llevamos décadas igual. Resulta que un grupo de personas, sean estas personas quienes sean, se reúnen, o votan, o deciden algo, y el resto de la población, como corderitos, muy atentos a lo que les dicen estas personas, como si fueran prácticamente las tablas de la ley firmadas por Dios. Y siempre de fuera, eh, nunca de España o países hispanohablantes. Jamás. Aquí somos todos idiotas, zafios e ignorantes. Los que saben son los suecos y los anglosajones. Por eso cada vez que la Academia de Estocolmo dicta el Nobel todos los periódicos del mundo se hacen eco de la noticia, y cada vez que la revista Sight & Sound saca su dichosa lista de las 100 mejores películas de todos los tiempos, toda la plebe, cinéfilos curtidos incluidos, da por bueno aquello como si fuera una constatación de un hecho, o bien como una señal de que hay que cambiar de opinión a la de tres.
Menos mal que es una vez cada 10 años…
Pues sí. 2022. La revista ha llamado a cuatrocientos y pico individuos/as y han decidido que la mejor realización de todos los tiempos es esa magnífica película de Chantal Akerman ‘Jeanne Dielman, 23 quai du Commerce, 1080 Bruxelles’, de 1975. Y ya está, y se ha acabado. ¿En base a qué? Pues a que unos señores muy listos, la mayoría directores de cine aclamados, han votado. Quince títulos cada uno. Y de esa votación tan democrática ha salido triunfadora por primera vez, fíjate qué casualidad, un filme dirigido por una mujer. Seguro que no tiene nada que ver con los tiempos inclusivos y absurdos y desquiciados que vivimos. Seguro que tiene que ver con los méritos del filme de Akerman, o con la filmografía de Akerman. Fijo que sí.
Yo creo que no, pero bueno. La han elegido a ella. Y ya están los puristas (clasistas con conocimientos) más contentos que unas pascuas por esta chorrada de votación (por mucho que en ella haya participado gente como Martin Scorsese y un montón de cineastas de primera magnitud), ya que se ha elegido a la autora marginal, rigurosa y exquisita del mundo, que además hizo películas «feministas» (vete tú a saber qué diablos es eso), y era una artista de esas que a los afrancesados y a los que necesitan que el Cine sea algo para elitistas tanto les gusta. Pero las cosas se desmontan muy fáciles. Ese es el problema. Que cuando te pones a hacer votaciones entre demasiada gente de pensamientos y sensibilidades tan dispares, a poco que lo intentes, el criterio se desmorona como un castillo de naipes. Porque Akerman, que era sin duda una buena directora, no filmó nunca, en toda su corta vida nada ni remotamente cercano a cualquier obra maestra de Ingmar Bergman, por ejemplo. Y no me estoy refiriendo a la manida ‘El séptimo sello’ (1956), sino a ‘Fresas salvajes’ (1957), ‘Como en un espejo’ (1961), ‘Los comulgantes’ (1962), ‘Persona’ (1966), ‘Gritos y susurros’ (1972), ‘Secretos de un matrimonio’ (1974), ‘De la vida de las marionetas’ (1980), ‘Fanny y Alexander’ (1982)… El cine de Akerman, pétreo, ensimismado en sí mismo, sin duda profundo, sugerente y valiente, no puede competir, sencillamente, con el de grandes maestros como Bergman.
El sueco, por cierto, no está entre los diez primeros títulos. Tampoco está Buñuel. Akerman jamás soñó con hacer algo tan transgresor, definitivo y salvaje como ‘Viridiana’ (1961), ‘El ángel exterminador’ (1962) o ‘Simón del desierto’ (1965). Su ‘Jeanne Dielman, 23 quai du Commerce, 1080 Bruxelles’ queda en nada al lado de la filmografía de Akira Kurosawa, porque la belleza, la fuerza expresiva, el sentido trágico, apocalíptico casi, de Kurosawa, le queda muy grande. Por no poder, no puede competir con la importancia histórica, la inventiva visual, de otra mujer, la colosal Leni Riefenstahl, quien por cierto no está ni entre las cien mejores, lo que son las cosas… Si se trataba de votar a alguien francés, podían haberlo hecho con Robert Bresson, un tipo mucho más valiente que ella, que no tiene una película hasta el puesto veinticinco. Y si se trataba de votar a alguien raro, difícil, radicalmente anti-comercial, se podía haber votado a Andrei Tarkovski, que no tiene una película hasta el puesto treinta y uno…
En fin. Si miramos a las 10 primeras, la cosa tiene para volver a pensarse eso de mandar la carta de votación a quinientas personas en 2032… De las diez primeras cinco son estadounidenses: ‘Vertigo’, ‘Citizen Kane’, ‘2001: Una odisea del espacio’, ‘Mulholland Drive’ y ‘Cantando bajo la lluvia’. Si esas son las mejores estadounidenses ya podemos cerrar el kiosco. También hay dos francesas (tres, si contamos la co-producción de ‘Mulholland Drive’), una japonesa, una hongkongnesa y una rusa. La de Dziga Vertov puede ser, probablemente, la mejor decisión de todas. La de Wong Kar Wai es defendible, aunque no entre las diez primeras de toda la historia del cine. ‘Cuentos de Tokyo’ es muy bella y podría estar aquí sin mucho problema, si bien Mizoguchi (que está en puestos altísimos, el 75 y el 90…) alcanzó cotas de lirismo y belleza muchos creemos superiores a los de Ozu. Pero volvamos a las americanas: ‘Blue Velvet’, ‘Wild at Heart’, ‘Lost Highway’ o ‘The Straight Story’ son netamente superiores a ‘Mulholland Drive’. Si la cosa era poner al genio de Lynch tan arriba, al menos habría que hacerlo con sentido común. Y luego, seamos serios: ni ‘Vertigo’, ni ‘2001’, ni siquiera ‘Citizen Kane’ (que no es la más gigante de Welles, aunque sí quizá la más famosa), tienen nada que hacer con ‘El padrino’, la trilogía, de la que aquí solamente incluyen la primera parte, ni con ‘Apocalypse Now’. ¿Pero cómo se puede tomar en serio una lista que no incluye ‘El padrino, parte II’, ni entre las 100 primeras. De locos.
A Terrence Malick, por cierto, ni se le ve ni se le espera. Ya está Ford para sustituirle, claro que sí. Pero no con sus dos mejores películas, ‘Las uvas de la ira’ y ‘Qué verde era mi valle’, sino con la sempiterna y torpe y falsa ‘Centauros del desierto’. De vergüenza.
Un verdadero aburrimiento.
Pero es que además yo creo que la cosa está tan clara. Si es que no es cuestión de gustos, sino de saber lo que hay. Al final, tengo la sensación de que todos estaríamos de acuerdo si no nos dejáramos llevar por el gusto, sino por la pasión de lo verdaderamente grande. Todo lo demás son chorradas. Akerman no cabe ni entre los 100 primeros de todos los tiempos. Y Spike Lee y Claire Denis tampoco. Veo que en la lista están títulos que ya invitan al bochorno, como ‘Get Out’, ‘Tropical Malady’ o ‘Once Upon a Time in the West’. Antes que ‘The Godfather, Part II’ o que ‘The New World’. Esto de hacer el ridículo es un deporte sin fronteras. Ninguna lista de esta características que no incluya entre los diez o quince primeros a Bergman, Buñuel, Bresson, Coppola, Mizoguchi, Welles, Tarkovski, Kurosawa, Antonioni, Dreyer, Keaton, el ‘Shoah’ de Lanzmann, el ‘Amanecer’ de Murnau, a Riefenstahl como la primera directora, a Miyazaki como el grande de animación, y a pocos más, es una estupidez de lista, una lista de ocurrencias de gente famosa. Así de claro. La votación no debería ser de otros directores u obras, solamente de la importancia de cada uno de ellos según la época.
Todo lo demás es digno de esa revista tan estupenda que en realidad nadie lee llamada ‘Sight & Sound’.