Malas noticias: ‘The Last of Us’, de HBO, no es un videojuego

Antes de que empiece todo el jaleo y el barullo mediático que previsiblemente va a provocar esta serie que se estrena mañana en EEUU y el lunes en España, convendría matizar algunos asuntos:

–Se trata de una serie, esto es una ficción seriada, no un juego en vídeo, por lo que estamos hablando de algo completamente diferente, ni siquiera complementario.

–Puede ser, por cierto, tan fiel a los videojuegos, o tan poco, como lo deseen sus máximos responsables…

–Para hablar de ella, escribir sobre ella, o juzgarla desde un punto de vista medianamente profesional y solvente, no basta con saber de videojuegos, por tanto.

Digo esto último porque estoy viendo que muchos que escriben en páginas especializadas de videojuegos, y que al parecer ya la han visto entera –algo que tampoco entiendo… ni que la hayan podido ver completa en lugar de uno o dos episodios, ni que les hayan permitido verla a ellos antes que a otros…–, ya se han lanzado a escribir recensiones o comentarios más o menos extensos sobre la serie, como si el hecho de haber jugado a la primera parte de 2013 o a la segunda de 2020, les legitimara para ello, con lo que si no teníamos bastante con la cantidad de «periodistas» que escriben sobre cine sin tener nada que aportar, ahora llegan otros diletantes que creen que basta con soltar cuatro o cinco calificativos grandilocuentes para, de pronto, convertirse también en críticos de cine/series.

Lo dije ayer (fue ayer, ¿no? …sí, fue ayer) en este texto: las series, como las películas o las novelas o relatos, necesitan de verdaderos críticos. Aún diré más: los espectadores/receptores de esas series y películas, como los lectores de novelas o relatos, necesitan imperiosamente de verdaderos críticos. No para que vengan otros más listos que ellos a decirles lo que tienen que ver o leer, o lo que les tiene que gustar o disgustar, sino para ayudarles a formar su propio criterio. Un verdadero crítico tiene como propósito, casi como misión en la vida, proteger, salvaguardar y defender lo más valioso de su medio, y tratar de dejar atrás lo menos importante, lo accesorio, la paja. Y debe hacerlo no con falacias ad hominem o con retórica vacía y voluntariosa, sino con argumentos objetivos, con conocimientos, con rigurosidad. Un crítico, uno realmente bueno, es un intermediario entre la obra y el receptor… pero es también algo más. Es un depositario de la historia de ese medio y es un teórico. Para decir que una serie es buena porque los actores están muy bien y el guion es inteligente y lleno de matices vale cualquiera. Eso no es una crítica.

Y me temo que ‘The Last of Us’ va a necesitar, como toda obra narrativa, de una buena crítica, más que de comentarios (que los pueden hacer, nadie lo prohíbe) de aficionados. Y por supuesto que no va a haber más remedio que hacer una referencia a los dos juegos y medio (si contamos el ‘Left Behind’) de los que parte, pero no para hacer una comparativa, sino para establecer un hecho que quizá por primera vez va a quedar verdaderamente patente: la insalvable distancia, el abismo casi, entre una ficción y un videojuego. Es una oportunidad de oro, por tanto, que no debe desperdiciarse. Sin embargo cuando se hable de las imágenes de la serie los críticos o analistas, si no quieren hacer el ridículo, tienen que hablar de cine y de series, no de videojuegos. Es decir: de dónde parten estas imágenes, a qué otras series o películas aluden, cuáles son sus creaciones precursoras y qué pueden aportar al marco de la aventura, el horror y el «survival». En caso de no hacerlo no estarán haciendo bien su trabajo, tan sencillo como eso.

Porque una cosa que va a ser fundamental es ver hasta qué punto ‘The Last of Us’ bebe directamente de las fuentes y las conquistas (como por cierto, ya hacía el videojuego) de ‘The Walking Dead’ (y para eso hay que verla entera, hasta el final), que a su vez bebía de otras fuentes como la novela ‘La carretera’ de McCarthy, pero también de ‘Guerra Mundial Z’, de Brooks, y por supuesto de ‘Meridiano de sangre’. Pero si habla de ‘The Walking Dead’, como debe ser, va a tener que hablar de otras series como ‘Deadwood’ y de otros filmes como ‘The Terminator’, o de ‘Mad Max’ para ir abriendo boca. Es decir que tiene trabajo. Y bastante. Porque todos esos peajes, y algunos más, van a resultar obligatorios. No va a bastar con decir: es que yo jugué al videojuego y por eso entiendo de qué va la serie o qué aporta. Por desgracia el cine posee más precursores y más conceptos de los que hablar que un crítico competente y profesional no puede pasar por alto.

Pero supongo que habrá que acostumbrarse a que cualquier diga lo que le parece sin la menor formación para ello. Son los tiempos de Twitter, en los que vale más la osadía de la ignorancia que la reputación del conocimiento y la fuerza teórica. Tiempos posmodernos, estos, que tienen visos de durar ya para siempre.

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