El cañón del revólver XXII

Retomo esta columna mía, que a partir de ahora va a tener carácter bimensual y que va a aparecer cada dos miércoles, para dar un poco de tralla a todo aquello que intenta dármela a mí…:

Resulta impresionante la cantidad de gente que se lanza a proclamar que ‘The Last of Us’ no solamente es la mejor serie del año (y no llevamos ni una quinta parte de 2023) sino que incluso algunos de sus capítulos son de lo mejor que se ha hecho jamás. Yo creo que es una buena serie, que podría dar más de sí con un poco de riesgo e imaginación, pero hete aquí que muchos (me consta) de los que decían que ‘The Walking Dead’ tenía capítulos de relleno, ahora ven con buenos ojos que esta serie de HBO tenga episodios en los que la acción principal se detiene… oh, qué cosas, fíjate tú. Sorpresas que te da la vida…

Nuestro amado ex-presidente del gobierno Jose María Aznar ha cumplido 70 años y no se le ha ocurrido otra cosa que alquilar el Teatro Real para él solo y los doscientos invitados de su cumpleaños, en un fasto que vete a saber la pasta que habrá costado. Esta gente con un ego tan enorme, con una soberbia tan repugnante, con esa necesidad de ser amado y glorificado a todas horas… ¿cómo se soporta a sí misma? ¿Cómo les soportan los demás?Aquel muchacho bigotudo cuyo gurú fue Fraga… ¿alguien se imaginaba que se le iría la pinza de esta forma veinte años después de su mandato y se convertiría en semejante engendro ultra-derechista? Bueno, algunos nos lo imaginábamos, pero nadie nos creyó en su momento

Me pongo nervioso cada vez que alguno se ofende conmigo en Twitter. Os contaré un secreto: a veces le meto caña a alguien –por cierto que jamás insulto ni voy a lo personal… ¿para qué?– por su trabajo crítico, o por libros, solamente para comprobar que a pesar de vivir ellos en la cima (en algunos casos, en otros viven en su burbuja), y que yo no soy nadie, de pronto se van a revelar tal cual son: unos niños sin argumentos ni carácter, unos pobres diablos, aunque vendan millones de ejemplares. No me pongo nervioso porque me dé miedo, sino porque consigo exponerles. Jamás hay que subestimar la capacidad que tenemos algunos de dar en la llaga.

Certificado ya: los líderes europeos, todos, son unos lacayos del poder de EEUU, enviando armas a Ucrania como si esto fuera un festival de peloteo: que tal país le cede cinco tanques a Ucrania, pues nosotros diez y cuatro cazas, y el de más allá le suma a eso unas cuantas cajas de municiones, todo sea por quedar bien con Biden y el Tío Sam, que a ver si van a tener que salvarnos… Como EEUU venga un día a «salvar» a Europa, vamos a quedarnos como el resto de países que han salvado, desde Siria a Afganistán. Pero está visto que nadie aprende en cabeza ajena.

Dentro de poco los Óscar, como culminación a tantas semanas de premios absurdos que dentro de un par de años nadie recordará. Yo creo que habría que entregar estos premios cada tres o cuatro años, para dar tiempo a acumular una buena cantidad de películas valiosas. Pero no, tiene que ser cada año. Propongo un premio, este sí, anual: al de la crítica más incapaz y venal, y para eso hay candidatos todos los años, todos los meses, desde los medios de comunicación hasta las redes sociales, en las que todo dios no puede resistirse a decir lo que le gusta y lo que opina sobre esto y aquello, como si a otros les interesara, convirtiendo el ejercicio de la crítica –cinematográfica o literaria– en un chiste. Pero la crítica es ahora más necesaria que nunca.

Último disparo: con los desastres de Turquía y Siria, o con las tragedias de los migrantes en costas mediterráneas, te das cuenta de que cuestiones tales como una derrota en un partido de fútbol, o la ruptura y trapos sucios de una estrella de la música y otra del deporte, nos envilecen, nos convierten en una sociedad hipócrita, sin ningún tipo de salvación. ¿Qué importan realmente cuestiones absurdas de deporte o del corazón cuando existe tanta gente sufriendo en el mundo, y no a miles de kilómetros sino aquí al lado? Decía Herzog que este va a ser el siglo de la soledad. Yo creo que este va a ser el siglo de la anestesia general.

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