La superioridad en el cine de EEUU a partir de ‘El padrino’: Obras Maestras

Este será el tema de un ensayo que nunca escribiré: el modo en que la aparición de la película de Francis Ford Coppola en 1972 lo cambió todo en el cine estadounidense, hasta el punto de que podríamos decir que el cine de Estados Unidos se hizo mayor desde la aparición de los Corleone. En el cine europeo, menos encorsetado por cuestiones sociológicas y económicas, había sucedido bastante antes, en los años cincuenta. Pero por fin llegó al otro lado del Atlántico una doble revolución: temática y tecnológica, implementando valores poéticos que ya habían ensayado antes genios como Antonioni, Bergman y otros, y a la vez abriendo las puertas a unos contenidos narrativos insólitos… a grandes rasgos la aceptación de que el cine debía y podía contar la verdad, en lugar de ser una bella mentira. Esto, y nada menos, fue lo que logró el filme de Coppola, transformándolo todo. Tal cosa podía haber sucedido en 1941 con Citizen Kane, pero Hollywood, siempre fiel a sus principios, destruyó esa posibilidad, masacrando los filmes posteriores de Welles y obligándolo a exiliarse creativamente.

No voy a escribir ese ensayo primero porque tengo ya demasiados proyectos entre manos, segundo porque no creo que nadie fuera a comprarlo y leerlo, y tercero porque sería tan largo que quizá me llevara años… Pero sí puedo plantear una cosa. Una de mis listas famosas, que en realidad van a ser dos. Los críticos cinematográficos llevan un siglo cantando las bondades, y añorando con rabia, las películas de los «años dorados» de Hollywood, como si aquello fuera lo más grande que jamás se creó, como si fuera la única forma de arte cinematográfico verdadero, y como si fuera a lo que un artista audiovisual debiera aspirar. Y sin negar que en los años 30, 40 y 50 en EEUU se hicieron algunas cosas realmente grandes, tampoco se puede negar que en gran parte se interrumpió lo que habían significado las revoluciones de los últimos años del cine mudo, por mor de crear una narración cinematográfica más lineal, más comercial, más clara y entendible para todo el mundo, más únivoca, más académica… Se suele decir que aquel era el «cine clásico», pero en realidad era el «cine académico». Y aún así hubo grandes directores que fueron capaces de crear excelentes películas, filmes que trascendían todo aquello. Pero Hollywood es lo que es: una fábrica de mentiras. No podían permitir que algunos artistas se empeñaran en contar la verdad. Duele y asombra que tanta gente que conoce el cine siga elevando a los altares el sistema de estudios y la forma de hacer películas de aquel entonces, y que insistan hasta la extenuación en que aquello estaba plagado de «obras maestras».

Pero la realidad es tozuda. El cine sigue avanzando, encontrando su forma, su lógica, su pertinencia poética. Llegó El padrino y todo cambió. Y llego la parte II, y todo volvió a cambiar. Y también The Conversation, y también Apocalypse Now. A partir de ese cuarteto de obras magnas (las más grandes de las historia del cine USA), el cine ya no es inocente, y no puede ser ingenuo. Ya no caben mentiras ni bellas ficciones. Ahora sólo cabe tratar de hacer cine. Pero está complicado porque el mayor genio de la historia de EEUU puso el listón demasiado alto. Sólo queda intentarlo una y otra vez. Todo lo demás es aire. Podemos insistir en que cada película de John Ford, de Billy Wilder, de Howard Hawks es, era, una obra maestra. Pero lo cierto es que no. Podemos pensar que el cine de los años 30, 40 y 50 es el mejor de la historia, pero lo cierto es que no. Propongo aquí una lista de obras maestras absolutas creadas a partir de 1972 (es decir, cincuenta años, un poco más) que pueden rivalizar, e incluso poner en apuros, las grandes películas de «los clásicos». El cine estadounidense es el gran incomprendido, el gran manipulado, de toda la historia del medio. En Europa sabemos (más o menos…) cuáles son las obras maestras, pero el cine de EEUU también tiene las suyas a partir de las 5 de FF Coppola, y ya va siendo hora de empezar a aceptar que no llegaron antes de 1972 con la única salvedad de Orson Welles:

Robocop, Paul Verhoven, 1987
Basic Instinct, Paul Verhoeven, 1992
The Thing, John Carpenter, 1982
Prince of Darkness, John Carpenter, 1987
They Live, John Carpenter, 1988
12 Monkeys, Terry Gilliam, 1995
Die Hard, John McTiernan, 1988
The Silence of the Lambs, Jonathan Demme, 1991
JFK, Oliver Stone, 1991
The Terminator, James Cameron, 1984
Terminator 2: Judgment Day, James Cameron, 1991
Aliens, James Cameron, 1986
Titanic, James Cameron, 1997
The Thin Red Line, Terrence Malick, 1998
The New World, Terrence Malick, 2005
The Master, Paul Thomas Anderson, 2012
There Will be Blood, Paul Thomas Anderson, 2007
The Assassination of JJ by the Coward RF, Andrew Dominik, 2007
Eternal Sunshine of the Spotless Mind, Michel Gondry, 2004
The Girl with the Dragon Tattoo, David Fincher, 2011
I’m Not There, Todd Haynes, 2007
I Am Not Your Negro, Raoul Peck, 2016
As I Was Moving Ahead Occasionally I Saw Brieg Glimpses of Beaty, Jonas Mekas, 2000
The Straight Story, David Lynch, 1999
Lost Highway, David Lynch, 1997
The Nightmare Before Christmas, Henry Selick, 1993
Spider-Man: Into the Spider-Verse, Bob Persichetti, Peter Ramsey, Rodney Rothman, 2018
Goodfellas, Martin Scorsese, 1990
Taxi Driver, Martin Scorsese, 1976
Casino, Martin Scorsese, 1995
In the Bedroom, Todd Field, 2001
Dead Man Walking, Tim Robbins, 1995
Unforgiven, Clint Eastwood, 1992
Zelig, Woody Allen, 1985
The Man Who Would be King, John Huston , 1975
Chinatown, Roman Polanski, 1974
Brokeback Mountain, Ang Lee, 2005
Boyhood, Richard Linklater, 2013
Elephant, Gus Van Sant, 2003

Y aquí hay de todo, desde filmes minimalistas a grandes producciones, desde relatos de aventuras a relatos intimistas, desde wésterns a ciencia ficción, cine de autor y lo que haga falta. Todo ello en las cercanías de la perfección, y sin mentir jamás, sino ofreciendo una radiografía certera de su tiempo y del ser humano. Estas son nuestras joyas del cine estadounidense, y digo nuestras porque son casi contemporáneas.

Así que ya sabe el amable (o curioso, o impertinente, o astuto) lector, cada vez que empiecen a decir que las obras maestras «de antaño» en EEUU (y por antaño se refieren a películas de los 30, 40 y 50 que raramente vuelven a ver), arrójenles a la cara esta lista. Y no va a ser la única porque en cuanto pueda publico una de obras notables desde 1972-73 que puede dar una verdadera paliza a las «obras notables» o «grandes películas» estadounidenses anteriores a esa fecha.

Nos vemos.

2 Comments

  1. He estado revisando antiguas listas tuyas y veo que ahora se ha caído Wild at heart, que es una película que defendiste no hace tanto con dos artículos. Lo digo porque me tomo lo suficientemente en serio tus listas como para preguntar si es un olvido o has cambiado de opinión.
    PD: Si consideras que Coppola ha hecho las 5 grandes obras maestras estadounidenses y llamándose Francis Ford, haz como en los tebeos: FF Coppola pasa a significar Fantastic Five Coppola, o Five Films Coppola, 🙂 .

    Le gusta a 1 persona

    1. Hombre a ver: no se me ha caído, es que intentaba nombrar las obras maestras absolutas, y tengo que incluir Lost Highway. Wild at Heart es uno de los filmes más originales y de visionado más extraordinario que jamás vi.

      La tacada de los cuatro filmes de Coppola en los 70 lo cambiaron todo para siempre.

      Le gusta a 2 personas

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s