En el improbable (aunque no imposible) caso (a fin de cuentas en Zenda Libros trabaja un antiguo compañero mío de andanzas literarias, un tipo realmente grande, en todos los sentidos…) de que Pérez-Reverte acceda a estas páginas mías, sé perfectamente, aunque no le conozco en persona (ni falta que hace, pues él se da a
Categoría: LITERATURA
Antes que nada convendría hacer una aclaración: no pretendo hacerme el héroe, ni el mártir, porque soy consciente de que otros han tenido experiencias parecidas cuando han escrito reseñas o críticas, pero debo decir que cientos, o quizá miles de veces, como respuesta a una argumentación mía, me han dejado comentarios diciéndome que lo que
Estas páginas, estos artículos míos, al menos por el momento, no los lee mucha gente (aunque este fin de semana, por alguna razón, he tenido cientos de lecturas… misterios de la vida), pero aún siendo muy consciente de mis limitaciones quiero lanzar una queja, una protesta o una demanda, o como carajo lo quieran llamar,
No sé quién dijo cierta vez que elegir qué libro leer, significa también elegir qué libro no leer, o qué libros. Nuestro tiempo es limitado, así que más nos vale elegir bien, aunque me temo que hay mucha gente a la que esta consideración le trae sin cuidado. Pero hagamos un sencillo cálculo. Digamos que
Le propongo al lector de estas líneas un pequeño juego: el de valorar si una narrativa determinada, ya sea en novelas, cuentos, películas, series u obras de teatro, es para niños, para chavales, para personas adultas. Es un juego muy sencillo, al que le estoy dando vueltas últimamente, y que creo que puede funcionar para
Textos como este son irresistibles para mí. He de ponerlos en esta página. Y no solamente porque Tolstoi está mucho más autorizado que yo para decir lo que dice, sino porque así me aseguro de que esta traducción de este importante texto no se pierda mientras mis páginas existan. Se trata del famoso (y extenso)
Es interesante observar como dos de los fenómenos literarios más intensos de todos los tiempos, los representados por la celebérrima ‘El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha’ y la en realidad no tan conocida novela en tres partes de Tolkien, ‘El señor de los anillos’, tienen bastantes más cosas en común de las que
Regreso al objetivo de esta página, que no es otro que escribir acerca de narrativa, con un compendio de los valores estéticos y narrativos que valorar en una película y en una novela o relato. Con este esquema, espero, va a ser más fácil para mí establecer lo que quiero decir cada vez que hablo
Antes de mí ninguna cosa fue creada sólo las eternas, y yo eternamente duro: ¡Perded toda esperanza los que entráis! Todavía me impresiona constatar como muchos se lanzan a ejercer la labor de la crítica sobre un trabajo (en este caso un texto medieval, precursor del Renacimiento), cuando para ello se valen de instrumentos con
Alérgico como siempre he sido a los lugares comunes, no deja de ser cierto que algunos de ellos respiran verdad, o por lo menos cierta verdad. Por supuesto, luego suele ser conveniente matizar, acotar y poner algunas consideraciones para no abundar en una idea que, como todas las ideas generalizadas, también tiene un punto de