La imaginación es crear imágenes y personajes

Lo comenté al final del anterior artículo, y me gustaría profundizar en ello. Es algo de lo que me he dado cuenta en los últimos años y a lo que no concedía tanta importancia hace bastante tiempo, cuando yo pensaba que sabía de lo que va esto. Pero probablemente no lo sabía, y también me confirma la idea de que esto de la narrativa, y de la ficción, requiere un aprendizaje y un reciclaje continuos, y por desgracia demasiada gente cree que sabe lo que es el cine o la literatura porque sus padres o sus profesores se lo dijeron, y aceptaron esas ideas y se apropiaron de ellas. Pero no es tan fácil como ver muchas películas, y atiborrarse a títulos y a libros. No funciona así si de verdad quieres profundizar en narrativa. Sería demasiado fácil.

Cuando somos unos críos, o unos chavales, muchos nos quedamos fascinados con mundos de fantasía. Universos como los de los cómics, o los de ‘El señor de los anillos’. Y cuando nos hacemos un poco más mayores, y de verdad seguimos interesados, viendo películas y series sin parar, leyendo todos los libros que caen en nuestras manos, nos quedamos fascinados con los géneros, y todos tenemos nuestro favorito, dependiendo de nuestra personalidad, y nuestros directores o escritores predilectos de cada cual. Pero llega un momento en la vida (la de algunos, no de todos, ni mucho menos), en que tenemos que fijarnos en otras cosas. Y nos damos cuenta de que es verdad eso que alguien dijo de que la Fantasía es la hermana menor de la Imaginación. Es una gran verdad.

La ventaja del cine, de las series, y en gran medida de las novelas y relatos, es que operan con realidades. En el audiovisual es todavía más obvio, porque es una segunda realidad, que se puede ver y oír, aunque en literatura esto también sucede, pues con una buena prosa eres capaz de ver, oler, oír y sentir todo lo que les sucede a los personajes. Los autores de esas ficciones están creando vida, tal cual, del mismo modo que hiciera Victor Frankenstein con su criatura. En ocasiones me salen símiles deportivos o culinarios con el acto de crear, bastante poco elegantes, pero quizá el mejor símil sería precisamente el de esa criatura, creada con despojos y restos de varios seres humanos, que por alguna alquimia (¡nunca descrita en la novela! ni siquiera lo de los rayos para revivir un tejido muerto…), no es que vuelva a la vida, es que obtiene una nueva. Pues eso es exactamente lo que hace un creador, dar vida, quizá con una mezcolanza algo arbitraria de otras vidas, e inocularle energía, para que su existencia sea lo más eléctrica posible.

Y para crear algo, una novela, una serie, un libro…hace falta a menudo una gran fantasía. Pero ante todo, siempre, una profunda, disciplinada y compasiva imaginación. Y creo que he elegido bien los tres adjetivos con los que esa imaginación debe presentarse. Con fantasía puedes crear mundos, razas, lenguas, ciudades, futuros, incluso situaciones, tramas originales, giros argumentales, escenografías, ambientes, atmósferas. Pero todo eso es el marco. Y solamente con imaginación puedes poblar ese mundo. Es la electricidad con la que das vida a la criatura, eso que nunca hace Victor F. con su creación… al menos en la novela. Y es ese don, ese tesoro, el de la imaginación, el que más escasea, mientras las cinematografías del mundo entero, y la literatura, están superpobladas de mentes muy fantasiosas y muy barrocas, que tienen poco que ofrecer porque su vuelo estético es limitado.

Cuando yo tenía veinte años, si hubiese leído en alguna parte todo esto que acabo de escribir, me habría reído o lo habría desdeñado, pero ahora sé que es verdad. Sólo con imaginación pueden crearse personajes, diálogos y vidas interesantes, y demasiado acostumbrados estamos a ver películas o leer libros de gente muy ingeniosa cuyos caracteres son superficiales e idiotas, cuyos diálogos jamás pueden apresar la verdad de las palabras, y cuyas peripecias vitales nos importan un comino. Una persona verdaderamente imaginativa ha de ser profunda, porque son muchos los temas y los detalles que su mente debe comprender, analizar y desarrollar; debe ser disciplinada, porque con tantos temas, y tantos universos posibles, ha de saber muy bien lo que quiere decir y por qué lo quiere decir; y ha de ser compasiva, porque a pesar de que sus personajes a menudo no serán perfectos, como nadie lo es, y que incluso pueden resultar mezquinos y despreciables, ha de poder comprenderlos y sentir compasión de ellos. La narrativa no va de contar grandes aventuras o fascinantes crímenes o arrebatadas historias de amor. La narrativa va de todo eso…protagonizado por personas de carne y hueso. Personas de carne y hueso atrapadas en una pantalla bidimensional (que parece tridimensional…) o peor aún, en un fajo de folios llenos de palabras. ¡Pero han de estar vivos! ¿Cómo lograrlo? ¿Cuál es el truco de magia? La palabra magia está contenida en imaginación.

Un buen escritor y buen cineasta jamás dará de lado a los personajes que pueblan su mundo, nunca hará uso de clichés, y preferirá que su obra posea ciertos desequilibrios antes que incoherencias internas de sus criaturas. Y hará todo eso porque su imaginación le obligará a ello. La imaginación es la facultad de crear imágenes, pero también crear personajes, y amarles y odiarles al mismo tiempo del mismo modo que puedes odiar y amar a la humanidad entera. No hay caminos fáciles, ni trucos baratos, ni es posible un refugiarse en la fantasía pura. Va de la realidad, de otra realidad, tan real como la nuestra, o más, en la que podemos mirarnos, porque es algo así como otra dimensión que no podemos tocar, pero que sí podemos ver al otro lado de una pantalla o de unas páginas. Una realidad con sus propias reglas en las que el amor, la muerte, el dinero, la traición, la soledad, la esperanza, la fe, el sacrificio, son valores absolutos, comprensibles, puedes aprehenderlos porque así lo ha dispuesto el autor. Y cuando nada de todo eso existe, cuando no hay valores absolutos, cuando no hay personajes vivos e interesantes, cuando todo está construido a base de clichés sobre clichés, cuando no hay aire que respirar en la pantalla o en las páginas de ese libro, créanme cuando digo que no se está ante una obra de ficción, o una obra narrativa, que valga la pena.

Y por alguna razón que no estoy seguro de poder desentrañar, no son las obras maestras, las grandes cimas, las más representativas de todo esto, sino las obras notables, grandes pero no gigantescas, en las que más se puede apreciar lo que digo y de las que más se puede aprender. Pero eso pertenece, definitivamente, a otro artículo.

13 respuestas a “La imaginación es crear imágenes y personajes”

  1. Esto del Frankenstein creo recordar que salió un poco mal porque metió al final por error el cerebro de un asesino malísimo recién muerto, si hubiese puesto el de un bendito de Dios el monstruo hubiese sido puro cachondeo, aunque cuando fabricas monstruos como bien apuntas nunca sabes por donde te van a acabar sorprendiendo. Hoy en día ponerse a fabricar vida con máquinas habida cuenta de la sobre población actual ya no se lleva, ahora se trata mas bien de reducirla como en estos desagradables días por los que transitamos con mucha mas pena que gloria y eso que tenemos techo, porque te pilla debajo de un puente una pandemia y hablo por mi mismo y soy yo el que me convierto en un monstruo vengador. :-))

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      • Ahh¡¡¡ jolín ese debe de ser el argumento del libro original que por supuesto no he leído, mis recuerdos venían ahora ya lo se de la pelicula dirigida por James Whale en 1931, esas películas las veía yo en el cine de mi barrio en 1959, o sea que aun no estaban muy pasadas de moda, ahora estoy encargando aparte de esta versión también la de 1957 primera película en color de la Hammer con Peter Cushing que constituyen el panorama entrañable ya que la patria es la infancia de mi cultura filmográfica de los 8 a los 12 años, a continuación pego la wikipedia donde afirma que lo dicho por mi del mangante asesino cuyo cerebro utilizan era correcto, por cierto mucho mas creíble que eso de volverse contra el creador así por las buenas y es que cada día que pasa y por lo que veo desde la antigüedad los hijos son de lo mas egoista y desagradecido, jajaja

        Frankenstein (película de 1931)(Fragmento)
        El monstruo que manufacturan (Boris Karloff), extrañamente espantoso, grotesco e inhumano, es retenido en un calabozo en la torre del castillo. A causa del error de Fritz, el cerebro de un criminal fue utilizado en el experimento de Frankenstein resultando en que el monstruo solo conoce de odio, horror y asesinar. Mientras Frankenstein y el Dr. Waldman conversan en el laboratorio, escuchan un grito proveniente del calabozo; al llegar descubren que el monstruo había asesinado a Fritz. El monstruo amenaza con atacarlos, pero ellos huyen rápidamente, cerrando la puerta del calabozo. Frankenstein abre la puerta para distraerlo con una antorcha, mientras que el Dr. le aplica una potente inyección que deja inconsciente a la bestia.
        (Fuente del avellano… digo Wikipedia)

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  2. Hola Adrián, me gustaría hacerte una pregunta, ¿qué elementos consideras imprescindibles para valorar una obra o considerar que es una gran obra? En este caso se han tratado los personajes como núcleo central, ¿y después qué consideras lo realmente esencial?

    Un saludo y muchas gracias por lo mucho que, al menos yo, aprendo con este blog.

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    • Hola, JJ…

      Bueno, eso que me preguntas ya lo he comentado en otras entradas. Hay una entrada que se llama ‘Sobre eso de poner estrellitas’, que contesta un poco a lo que me estás preguntando, aunque en realidad suelo hablar de eso a menudo, pues precisamente es el tema de estas páginas.

      Elementos a tener en cuenta hay muchos, pero el cine va de personas, no de otra cosa, y de intentar apresar la verdad a partir de unas imágenes que son mentira. Dicho así suena muy fácil, pero es bastante complicado. Hace muy poco comentaba lo importante que es la imaginación.

      Muchas gracias a ti por leerme! Dime con ese artículo concreto que te he dicho contesto a tu pregunta, y en caso de que no, buscaré la forma de contestarte mejor.

      Un abrazo!

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      • Hola de nuevo Adrián, disculpa porque aún estoy poniéndome al día con el blog. Cada día voy leyendo algunas entradas por lo que es posible que te pregunte algo que aún no haya podido leer o no haya encontrado en el buscador. Si es así, te pido disculpas de antemano por el follón.

        He leído la entrada que indicas y efectivamente me ha aclarado bastantes de las dudas que tenía. Debo decir que los rasgos teóricos que mencionan me parecen muy adecuados y estaría genial que un día los explicases con algún ejemplo práctico (analizando una escena o película concreta y revisando todos los puntos que comentas). Si lo has hecho anteriormente, lo dicho, disculpa.

        Aprovecho para comentarte. Veo que en uno de tus post hablas de una de mis sagas fetiche como Star Wars que, aunque cinematográficamente da para lo que da, a mí siempre me llega al corazón. Quizás por esa romantización que le llega a uno desde la infancia. Me suena haber leído que no has visto el Episodio VIII de Rian Johnson. Si no es así, te animo a echarle un vistazo porque creo que puede interesarte como trata de ir un poco mas allá (se nota el toque de autor) y precisamente por ello fue muy criticada. Si lo has hecho ya, me encantaría leer tu opinión crítica al respecto.

        ¡Un saludo!

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      • Pues justamente tengo varias escenas analizadas punto por punto. Seguro que las encuentras fácil.

        No has visto ninguna crítica del ep VIII porque no la he visto ni pienso hacerlo. Yo lo que digo lo mantengo: no voy a perder mas el tiempo con esta saga de monstruitos animados y naves espaciales. Y Rian Johnson no estoy muy seguro que sea un autor muy destacado, y aunque seguro que lo dices con conocimiento de causa, sigue sin llamarme nada.

        Un abrazo!

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  3. […] No todo en esta vida consiste en buscar y disfrutar cosas excelsas. Por suerte, en el panorama narrativo audiovisual existe una gran variedad de propuestas, algunas de las cuales (como esta de la que voy a escribir ahora) jamás serían incluidas entre lo mejor de la producción del año, pero que si se saben ver con la necesaria carencia de prejuicios, sí poseen los suficientes elementos disfrutables y algunas virtudes esenciales que los vuelven completamente disfrutables, además de albergar una ausencia total de pretensiones. Porque la única pretensión de ‘Future Man’, creada por Howard Overman y Kyle Hunter para la plataforma Hulu, consiste en hacer reír al espectador a golpe de puro ingenio, y eso lo consigue con creces. Pero, además, se pueden aprender unas cuantas cosas de este gozoso desmadre sin pies ni cabeza, y la más importante de las cuales, probablemente, tiene que ver con el siempre complicado trabajo de la creación de personajes. […]

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