Más que buscarlo podría decir que el tema me busca a mí. Basta abrir la boca sobre narrativa en todo tipo de reuniones, debates o redes sociales, y ya me están asaltando norte, este, sur y oeste todo tipo de personas, de formación y oficios muy dispares, que enseguida comienzan a disparar ideas al respecto, a decirme que no tengo ni puta idea, o que no estoy de acuerdo o que esto o que lo otro, sobre todo con el dichoso tema de los videojuegos. Y yo, como no me dejo avasallar, pues siempre contesto y ya está el lío armado. Al menos hablo siempre desde el respeto, aunque algunos no lo merezcan mucho…
Vamos a ver lo que es narrativa y lo que no es narrativa. Pero no lo porque lo diga yo, sino porque las cosas son las que son y las que se llevan estudiando y desarrollando a lo largo de los tiempos. Esto no es un tema de opinión, tal como muchos parece que están empeñados en verlo, sino hechos. Veamos:
- La Narrativa es un género literario, esencialmente, en contraposición a la lírica o el teatro. Pero si salimos del ámbito de la Literatura, la narrativa es un texto en palabras o un relato hecho de imágenes y sonidos, que relata hechos ficticios protagonizados por uno o más personajes.
- Es decir que para que sea narrativa necesita de personajes y de un sustrato de ficción.
- Para que sea narrativa necesariamente ha de disponer de un narrador o punto de vista.
- La narración implica una obligatoriedad del paso del tiempo. Es decir: es un tiempo capturado, de A a Z, siendo A un momento material/psicológico determinado y Z otro momento material/psicológico completamente distinto al anterior.
- Necesita de un autor.
- Necesita de un público.
Así, a grosso modo, no parece muy complicado. Vamos a desgranar algunos de los conceptos aquí nombrados:
–La figura del narrador casi es la más importante, tanto en Literatura como en Cine (y series). Puede ser en primera persona, segunda o tercera. Puede ser omnisciente (lo conoce todo), equisciente (conoce algunas cosas), deficiente (conoce muy poco), poco fiable (miente), múltiple (son varias voces narrativas las que narran los hechos) y algunos tipos más… La construcción del narrador es esencial en una novela y también en una película. Se dice que la cámara es una suerte de narrador y es cierto, pero también podría decirse que un personaje hablando en off es narrador, o que al coger la cámara el punto de vista de un personaje se convierte en narrador, y todo eso es cierto. Todo esto para definir el crucial aspecto del punto de vista, que es el que moldea y perfila las obras narrativas hasta en sus más mínimos detalles.
–El concepto de ficción, que ha traído de cabeza a los más grandes pensadores de todos los tiempos. La ficción podría decirse que es, para no alargar mucho el tema, un tablero de juego con las reglas perfectamente cerradas sobre sí mismas, que no admiten ningún tipo de variación, alteración u omisión, porque además son parte de la estrategia narrativa, del tono poético y del estilo final de la novela o película. La ficción se erige así en una segunda realidad, que ha de ser tan coherente (con sus reglas internas) y tan verosímil como la propia realidad nuestra. Esto significa que la narrativa, como todo arte, tiene como objetivo final crear la vida con otras reglas, una vida tan vívida (valga la redundancia) como la nuestra, o puede que más, porque todo lo que aquí es relativo, en una ficción puede (y debe) ser absoluto. En otras palabras, la vida es un absoluto, la muerte es un absoluto, el amor, el odio, el deseo, la violencia, la historia.. y al confrontar esos absolutos con nuestra vida real podemos entender mejor qué necesitamos de ellos.
–Los personajes como definidores de una forma de pensamiento. La del creador, claro. Tanto en Cine como en Literatura. Los personajes son una extensión de la personalidad del autor, y por ello se convierten en las pistas más fiables (cuando hablamos de una ficción poderosa, claro) de sus intenciones y sus ideas. Son algo así como el camino de miguitas que nos lleva hasta la conclusión final. Y algo más, claro: lo que necesitamos para vernos reflejados en esa ficción. Los personajes han de estar tan vivos, ser tan creíbles y albergar una encarnadura tan real como una persona fuera de la pantalla o de las páginas de una novela. Y esto es uno de los aspectos más complicados del complejo arte de la narración. Se requiere de un narrador experto para conseguir que los personajes sean algo más que meras sombras o clichés andantes. Tanto es así que hay grandes narradores que no consiguen hacerlos realmente creíbles.
Ahora. ¿Por qué los videojuegos no son narrativa, o si lo son es una narrativa de muy pobre alcance?
Para certificar la existencia de un ser humano no basta con tener un 1% de su ADN. Tampoco un 50% o un 60%. Para ser realmente un ser humano es necesario tener el 100% del ADN humano. Con estas cosas ocurre lo mismo. Puedes tener un tanto por ciento de narrativa, pero no lo suficiente como para considerarte tal. Porque:
–Los juegos en vídeo, al permitir al jugador interaccionar, rompen el pacto ficcional, erosionan la ficción que se supone posee una narración, y crean otra cosa, no narrativa.
–El narrador es ahora el jugador (en teoría, que no en la práctica), que puede hacer o deshacer a su antojo.
–El personaje creado es ahora el jugador, que puede hacer que ese personaje actúe de forma diferente si él lo quiere.
Es evidente que en muchos juegos hay personajes, o intento de, se construye una ficción, o intento de, pero por su propia naturaleza, que es la naturaleza de los juegos, rompe la unidad imprescindible de una obra narrativa, a la que además se le exige una solidez, una fuerza interna, que por lo visto no se exige a los videojuegos, en los que prima sobre todo la libertad (una libertad de nuevo sólo aparente). Claro que muchos juegos cuentan historias, o pequeñas historias, pero contar una historia no es narrativa necesariamente. Para que los VJ fueran narrativa necesitarían que el jugador lo fuese, y que fuese el creador el que lo crease mientras lo juega, pero siempre desde la ficción. Esto es imposible, claro está, fuera de la Literatura y el Cine.
Y todo esto no son opiniones. No son ideas mías. El arte requiere de un pensamiento científico puro, que examine sus partes y establezca las diferencias. Ni una novela es una película, ni un cómic es una novela ni un videojuego es narrativa. Todo esto no es ideológico. No son preferencias. Es constatar las cosas como son.
En este mundo posmoderno, en el que el autor ha muerto (igual que Dios), en el que el arte puede ser hasta el modo de hacer la cama o lo que hace un tiktoker, que se considere a los videojuegos narrativa, o incluso arte, no es sorprendente. Pero la verdad cae por su propio peso. Si la ficción muere, la libertad personal muere con ella. Es para eso para lo que sirve la ficción, para hacernos libres en un mundo, en una existencia, en el que la libertad carece de sentido operatorio. No somos libres, ni podemos, ni debemos serlo. Salvo en la ficción. Y si no existe la ficción, ni la narrativa, sino una serie de eventos informáticos en tres dimensiones, mundos digitales en los que poder perdernos y aislarnos de la realidad, perderemos esa isla de libertad que es la verdadera ficción, la verdadera narrativa.
Y algunos no estamos dispuestos. Así de claro.